La realidad
nos invita a descartar la rigidez y el integrismo.
Hemos de
repensar nuestra captación de la realidad en función de los cambios de esta
para ser prudentes, sin sutilezas ni anàlisis constante; no sea que uno lo sepa
todo però no comprenda nada, y otro no sepa nada però lo comprende todo.
Deliberación.
Poseer los
principios y aplicarlos a la realidad, no rutines que no corresponden ya a la realidad, no inèrcia, ni celo ciego, ni
audàcia temerària.
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