Leemos el texto evangélico que anuncia la destrucción del templo.
Que nadie
os engañe porque vendran otros llamándose mesías , y
vendran guerras,
persecucions, y terremotos,
però no serà antes de que el
evangelio se haya extendido
por toda la tierra.
Es un texto
que nos habla de futuro a partir de una obra
arquitectònica que ha sido
una maravilla del mundo como
es el templo de Jerusalén una cosa extraordinària, y Jesús
nos está situando, en un
valor por encima de las piedras
por encima del arte: la gente se queda contemplando lo bonito del cuadro però nuestra
contemplación ha de ir
mas lejos, a la predicación del evangelio a todas las naciones. Nuestra labor se situa en la predicación de este evangelio. Porque la fe del pueblo
judío perdió todo aliciente y credibilidad, y sus
símbolos materiales fueron destruidos y burlados, porque otros
que se hacen llamar mesiánicos,
han puesto su Mezquita donde havia aquel templo que albergava la presencia de Dios, el arca de la Alianza, el templo de Salomón.
¿Que hay
de aliciente en nuestra predicación para la gente
de hoy en dia, para nuestros hijos y nuestros nietos ? ¿Que aliciente hay en lo que les estamos diciendo del Señor? ¿Como les està estimulando a amar al Señor?
Estas son unas
preguntes que nos pueden
urgir a todos, Como damos el evangelio, qué evangelio damos, ¿Damos
doctrina o damos Espíritu?
Hemos cantado
la canción del Espíritu que nos dice no temamos, y en la palabra se dice que nos perseguiran nos llevaran a los tribunales, nos azotaran, nos condenarán.
No temáis
abrid el corazón
y el Señor derramarà todo su amor.
¿Que evangelio predicamos, predicadores del evangelio del amor de Dios? Predicamos como el Señor acaricia toda su creación,
la ama y la protege, y està
en ella, sin que nosotros a veces nos demos cuenta, cuando nosotros por nuestra libertad estropeamos muchos ámbitos y aspectos de la creación, pero ¿quien lo ha creado
con amor? Es el Señor. Y en
la contemplación del amor de Dios respecto a nosotros, a nuestros hijos y nietos, a nuestra generación
humana, respecto a eso, si contemplamos este amor de Dios , si nos da luz, nos abre la ventana de saber ver cómo este amor se està realizando en Todos los detalles de la vida de cada uno, entonces Él transforma nuestra vida, nos da la fuerza de amor y reside dentro de nosotros, metida
en nuestro interior por
el Espíritu Santo que
habita en nosotros, No perdáis vuestra esperanza, Él os salvarà, y esa fuerza
poderosa ha de salir de nosotros para convéncer a la gente del evangelio.
En parte
es verdad que estamos pendientes de que hay una salvación más allà de la vida de este mundo, sabemos que hay una vida eterna, que Jesús ha resurgido de la muerte, y esta resurrección nos lleva a nosotros por delante, ahí es donde està nuestra esperanza, nuestra salvación en la
fidelidad a ese amor
de Dios, a esta presencia de Dios entre nosotros en la creación.
El transformarà
nuestras penas, las que
tenemos en la vida, la de la
muerte de un familiar inesperada, Esas penas han de ser
transformades en alegria porque
el mismo Dios las reviste de detalles, consoladores para nosotros;
la alegria fundada en que detrás de la muerte hay la salvación , hay la vida eterna, que està en él. En nuestros ancianos
comprobamos que mueren porque
se agota su vida en la tierra, simplemente, no tienen
ninguna enfermedad, mueren porque acabo su tiempo en la tierra. Y pasan a una vida que no se consume como se consume la nuestra.
Él
transforma nuestras
vides y nuestras penas y nos acoge como a hijos, hoy mismo en el hospital, los hijos se despiden
de su padre con un “hasta mañana “y el padre responde “hasta siempre” ¿porque lo dice? Porque así
lo siento. Pues bien a la media hora fallecía.
Detalles providenciales que
nos muestran como un anciano asume con naturalidad su fin aquí, o como el hermano de Dolores la
semana pasada, esperó para morirse poder ver a
su hermana, con la
misma naturalidad.
No pongamos
la esperanza en las piedras del templo, la admiración por las piedras del templo ya veis en lo que acaba, quien dice el templo dice nuestra vida mortal.
La intervención
de Dios, la providència de Dios, está en estos detalles de la vida, de la relación de nosotros entre los familiares, en estos casos que son
definitives para nuestra
vida y que nos resitúan de nuevo delante de Dios, esta presencia de Dios que hemos cantado ,mírame Señor mírame,
y como ese mirarnos, ese abrirnos al Señor es situarnos como hijos acogidos por el Señor.
Hemos considerado que Dios está, está presente en nosotros y que esta presencia, es la que
nos acompaña, y es lo que nos hace canviar de vida, y de actitud delante de muchas circunstancias de nuestra vida, como a hijos nos acogerá.
El canto acaba con estas palabras:
Abrid vuestros corazones
a la libertad. Porque el espíritu es quien nos da la libertad en esos 15 días
que faltan para el
pentecostes.
Así seamos
mas conscientes de que el Espíritu de Dios que Jesús nos ha transmitido a traves de su muerte y resurrección
a traves de su perdón, igual aumentemos
nuestra conciencia de que nos ha transmitido la eucaristía
en la última cena nos concede
el espíritu.
Le hemos caído
bien a Dios y se desvive por nosotros dándonos
la eucaristía, dándonos
a Jesús, dándonos
la salvación, el perdón, la resurrección de Cristo dándonos la subida de Cristo a los cielos,
y dándonos
el Espíritu Santo que comparte con nosotros y es garantia de que nosotros tengamos una vida eterna, también con él.
Y siguiendo
la canción dice os llenara de un
nuevo gozo con el don
de la fraternidad:
La Iglesia se constituyó como tal como comunidad humana y creyente al recibir el
Espíritu Santo. No
recibieron el Espíritu
cada uno por su cuenta sinó que reunides en el cenáculo recibieron juntos el don del Espíritu descendiendo como lenguas de fuego símbolo
del amor que es
como un fuego que arde dentro de nosotros y así
hemos recibido y
recibimos el Espíritu
Santo de nuevo en este pentecostés porque la
Iglesia lo ha ordenado así y
lo celebra de esta manera, así
cada año celebramos de nuevo la venida
del Espíritu Santo, y
el Señor responde a la oración de la Iglesia y si
esta, está pidiendo un nueva efusión del Espíritu Santo, esa se efectua porque Dios es complaciente con ella, el álito dels espíritu se vuelca de nuevo
sobre la Iglesia, de nuevo sobre nosotros nos da luz, fuerza, esperanza,
visión de futuro, para
que fructifique esa
nueva recepción del Espíritu,
de manera nueva, mejor, más intensa, en este nuevo pentecostes que esperamos.
Como predicamos
el evangelio, que evangelio predicamos, cómo este evangelio impacta en nuestra Sociedad, en nuestros hermanos en nuestros hijos , en nuestros nietos, como impacta en ellos, como penetra
en sus corazones, como somos nosotros portadores de este evangelio, es conveniente porque estamos
en el estadio de la historia
de llevar el evangelio a todas las naciones y para ello hemos de
reconocer todo signo del amor de Dios en los hermanos,
en todos.
Reconocer
la presencia de Dios en los
demàs y en aquelles coses que a lo major no nos gustan, que no son de
nuestro método, que llevan otra dinàmica, cómo podemos hacer que el Espíritu Santo nos domine nos abra la mente,
para que podamos reconocerla
como la bondad y la acción misericordiosa de Dios està actuando en cada uno de ellos en cada uno
de nosotros. El
amor de Dios que nosotros hemos de identificar y gozarnos de cómo Dios està amando a la hermana y gozándome yo le comunico el amor que Dios me hace sentir por ella, esta es manera de
comunicar el evangelio. El
amor de Dios debe llegar a todo el mundo, así por el testimonio, por sentirnos tocados por este amor de Dios, impregnados de este amor de Dios, reconociendo a la vez
como el amor de Dios actua también en todos los demás.