Tanto como hemos sido capaces de desarrollar estas
características hemos alcanzado nuestro desarrollo adulto desde el punto de
vista espiritual, y hemos dado al Espíritu Santo la libertad para manifestarse
y actuar libremente en nosotros.
Juan XXIII pidió a Dios en nombre de la iglesia un nuevo
Pentecostés y nos invitó a todos que nos uniéramos a su oración, al convocar el
concilio Vaticano II, y Dios ha respondido con la renovación carismática, para
realizar esta puesta al día de la Iglesia.
Dios tiene su manera de atar cabos y a veces no entendemos como
Pedro no entendía poque Jesús le quería lavar los pies, y le tuvo que decir que
lo entendería más tarde Jn.13,7)
Voy a deciros como me ocurrió a mi esta manifestación del
Espíritu: Yo solo tenia deseo sincero,
pero ni sentimiento, ni consuelo, ni ilusión, solo anhelo sincero, en el
momento que oraron por mí, no experimente nada especial, pero luego por la
tarde, empecé a tener luz, a ver, a entender a alegrarme.
¿Para que esta efusión?
Para dar un nuevo impulso, nueva fuerza a la vida espiritual
de cada uno, con una aceptación consciente de lo que Jesús ha hecho por mi
reforzando nuestro compromiso bautismal i de confirmación. De ahí que el
cristiano es santo en su vivir, en el desarrollo de su vocación: santo
sacerdote, santo padre de familia, santa maestra, santo músico, santo
carpintero, santa peluquera santa modista, santo político, santo estudiante,
santo comerciante… Es el cumplimiento de la profecía de Joel “sucederá en aquellos días…” (Joel, 3.
1-5. Y Hs.2,17)
La presencia del Espíritu Santo produce en algunas personas una
especie de magia que se puede comprar pasando de tener una visión superficial
he interesada de los hechos de su vida y entorno, a una situación de lucidez
abierta y generosa.
Cosa que un tal Simón
quiso comprar a Pedro, y ese lo reprendió enérgicamente.
No solo a nivel personal, sino también a nivel comunitario
el Espíritu actúa despertando entre los miembros de la comunidad carismas como
servicios a la comunidad o oración de intercesión, profecía, oración en
lenguas, visiones ,afectuosidad muy expresiva, discernimiento comunitario,
descubriendo problemas morales, sanando problemas de salud física y moral,
palabras de conocimiento, asignación de misiones pastorales, desvelar
vocaciones, dones gratuitos, que acogemos con gratitud y humildad (1ª Cr. 12,7 y 11. EF,2,22) muy convenientes para la
evangelización.
Tengamos en cuenta no desacreditar los carismas, por
vanidad, celos, preferencias, envidias, o ahogar el Espíritu por miedos, y o
mentiras.
El proceso de santificación suele ir acorde o en paralelo
con aumento de manifestaciones carismáticas, pero como cuando habló la burra de
Balaal, o los falsos sacerdotes el espíritu se puede manifestar a través de
otros medios.
Pero es cierto que a más santificación, corresponden menos
obstáculos para ejercer los carismas.
El Espíritu de Jesús, nos muestra cómo vivir al son del Espíritu,
y acoger sus palabras “Sed santos como el Padre es santo”.
¿Qué instrumentos tenemos para ser santos? la fe la
esperanza y el amor, el entregarse, abandonarse en los brazos del Padre, y
obedecerle en lo que nos dice.
Confiando en Jesús Su Padre y el Espíritu (Jn. 16,23 y Lc.
11,13) porque lo que pidamos al Padre en el nombre de Jesús se nos concederá, y
cuanto más el Padre os dará el Espíritu Santo.
¿Qué nos dice hoy su palabra además de todas las que ya
hemos citado, tan grandiosas?
(Jeremías, 29,11) “Mis pensamientos son
pensamientos de paz y no de desgracia, de daros un porvenir de esperanza. Me invocareis y vendréis a rogarme y
yo os escucharé, me buscareis y me dejaré encontrar de vosotros… os sacaré de
todos vuestros lugares de cautiverio”. Amén