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jueves, 4 de abril de 2019

poder del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.


      Jueves, 04 de abril de 2019
De una encuesta que me vino ayer hecha a Grégor Puppincky en la que él denuncia los nuevos derechos «antinaturales» y «transnaturales» frente a los derechos según el orden natural.
«Nadie tuvo nunca tanto poder como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Grégor Puppinck de 44 años, es doctor en Derecho y director del Centro Europeo para el Derecho y la Justicia (ECLJ por sus siglas en inglés, con sede en Estrasburgo), un experto que colabora con organizaciones internacionales y con los servicios diplomáticos de la Santa Sede.
Acaba de publicar un ensayo sobre los derechos del hombre: “Los derechos del hombre desnaturalizado”,  es católico y plantea duras batallas jurídicas ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en defensa de la familia, la vida, la libertad religiosa o la libertad de enseñanza.
He escrito este libro para que podamos abrir los ojos ante el universo ideológico en el que estamos sumergidos. En gran medida, los derechos del hombre ya no son los de la Declaración Universal de 1948; son incluso lo contrario.
En mi libro expongo qué ha cambiado respecto a nuestra comprensión del hombre y sus derechos.
Prácticas que antes estaban prohibidas en nombre de la dignidad humana, son ahora fomentadas como nuevos derechos del hombre.
Veamos cuál fue el pensamiento original de quienes redactaron la Declaración Universal y la Convención Europa de los Derechos del Hombre, y comparemoslos con la interpretación evolutiva que las instancias internacionales han efectuado de estos textos. Me he apoyado también en mi experiencia personal y en la de personas cercanas a mí, como en la de funcionarios, diplomáticos y magistrados europeos, porque he participado directamente en la mayor parte de los asuntos controvertidos que explico en este libro.
La evolución de los derechos del hombre permite observar con objetividad la idea que las instancias que nos gobiernan se hacen del hombre.
¿Cuál es esta visión? Comparo la evolución de los derechos del hombre con la de la relación del hombre con la naturaleza.
Mientras que los derechos del hombre de 1948 reflejaban los derechos naturales, la afirmación del individualismo ha ido generando nuevos derechos antinaturales, como el derecho a la eutanasia o al aborto, los cuales, a su vez, han llevado a la aparición de derechos transnaturales que garantizan que se pueda redefinir la naturaleza, como es el caso del derecho a la eugenesia, a tener un hijo o al cambio de sexo.
De manera más profunda, esta evolución manifiesta una enorme transformación de la concepción de la dignidad humana, que tiende a ser reducida a la sola voluntad individual.
El error está en  depender solo de la dimensión de la voluntad individual prescindiendo de los otras dimensiones constitutivas del ser humano, conduciendo la persona al desequilibrio y a su destrucción; somos seres materiales animados, cuyo principio vital supera el de los otros seres vivos animados que conocemos, y así como el principio vital da coherencia a la realidad física del individuo, así como incorporados a la naturaleza y a la sociedad humana de la que existencialmente es imposible prescindir, empezando por el factor reproducción, que en si mismo exige un nivel de socialización y de coherencia con el entorno.
Es por eso que la voluntad individual no es determinante para una existencia en común y su prosperidad.
Las instituciones públicas pues para dar un servicio adecuado a la sociedad no pueden ceder ante el individualismo al que tiende  la libertad de la voluntad individual autónoma.
El nivel de la dignidad humana depende del conjunto  de cualidades y habilidades  del individuo que pone al servicio de la sociedad, cuanto más rico sea este conjunto mayor será la dignidad, y mayores, más amplios y más profundos los resultados de su gestión.
Así pues  la cualidad de la persona  en todas sus facetas  le ofrecerá los derechos de los que puede disponer para su desarrollo  y actividad, y a la par tendrá la satisfacción de  ver que sus servicios son útiles para el entorno en el que interactúa, es decir  disponemos de derechos y deberes  a la medida del valor que cada cual desarrolla y manifiesta.
Este es el fundamento tanto de los derechos como de los deberes individuales, y estos aparecen tanto cuanto aparecen las cualidades y habilidades de la persona y encuentra el espacio adecuado en la sociedad  para ofrecerlo.
Con todo es preciso contemplar los derechos   que surgen del propio existir i  son raíz en la que se sustentan los otros derechos a los que he echo referencia.
Consecuencia: no todos tienen los mismos derechos, ni todos tienen los mismos deberes, de ahí la diversidad de ocupaciones  oficios, labores y responsabilidades  entre los distintos miembros de la sociedad, colaborando todos al bien común, para el progreso de la sociedad humana.
Los niños han de crecer en esta mentalidad y así con el tiempo se van sintiendo corresponsables en la sociedad hasta la plena autonomía como adultos. En su desarrollo van adquiriendo aquellos conocimientos y habilidades que les van integrando en la sociedad guiados por padres, maestros y abuelos, asumiendo progresivamente  aquellos derechos y deberes que requieren para  su actividad.
Las nuevas corrientes de derechos humanos ponen  al espíritu en oposición al cuerpo, y que plantea la negación de la naturaleza y sus condicionamientos como una liberación y un progreso.  La experiencia nos  muestra que tal oposición ni libera ni da progreso, porque repito la naturaleza es  parte constituyente de la persona y ambas se requieren para que la persona funcione y cumpla con su ciclo vital.
-Los derechos del hombre, ¿no eran desde el principio una especie de sustituto de la ley natural? Y el hecho de no haberse ajustado claramente a ella, ¿no explica su deriva posterior?

-Son un intento de transcribir el derecho natural en el orden jurídico, según las distintas modalidades de 1789 y 1948.
. La Declaración universal de 1948 refleja, en cambio, una concepción más justa, inspirada en el personalismo. Así, subraya que es sólo en la "comunidad" como "la persona, puede desarrollar libre y plenamente su personalidad
Es verdad que la Declaración Universal y la Convención Europea de los Derechos del Hombre no están "claramente ajustados" a la ley natural. Ya en 1948 se rechazó que se ajustasen explícitamente a la naturaleza.
La religión , muy común en la especie  humana marca un horizonte superior en el que Dios como fuente y medida de la dignidad y de los derechos del hombre, a otro nivel.
 Aquí entra  la realidad del Espíritu creador en dialogo con el hombre  ofreciéndole un nivel de experiencia que supera el orden natural, es prudente dejar abierta esta puerta a los derechos y deberes aunque estos no pueden estar sujetos a leyes o pautas humanas

-¿Podría explicarnos los dos posibles conceptos de dignidad que se trataron en el momento de la redacción de la Declaración universal de 1948, y las consecuencias del rechazo a elegir una u otra?
-Por poner un ejemplo: unos pensaban que la humanidad recibe su dignidad de la naturaleza humana y de Dios, mientras que los otros estimaban que la humanidad es, ella misma, autora de su dignidad.

»En el primer caso, el hombre se considera tal como es, es decir, como un ser formado de la unión armoniosa de un cuerpo y un principio vital, a diferencia de los ángeles o de las bestias, que tienen uno o el otro; su dignidad está encarnada, y la perfección del hombre se cumple según esta naturaleza encarnada.

La distinción entre dignidad encarnada
Según optemos por una u otra de estas concepciones, los derechos del hombre toman una dirección totalmente diferente: o son la expresión del derecho natural, o de la pura voluntad.
Eleanor Roosevelt (1884-1962), esposa del presidente Franklin Delano Roosevelt, fallecido en 1945, fue una gran impulsora de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Ahora bien, los redactores de las grandes declaraciones de la posguerra no pudieron, o no quisieron, elegir entre estos dos enfoques. Esta ausencia de acuerdo no es empate, puesto que el hecho de ignorar a Dios basta para que los ateos consigan la victoria. Al guardar silencio sobre el origen de la dignidad humana, la Declaración universal se presenta como una autoproclamación, por parte del hombre, de su propio valor y de sus derechos. Esta dignidad humana autorreferencial ha permitido a las instancias internacionales someter dicha noción a la voluntad individual, resultando en una miríada de nuevos derechos subjetivos, independientes de toda idea de bien o de justicia externa al individuo.
-¿En su opinión, qué diferencia hay entre los derechos antinaturales y los que usted llama transnaturales o transhumanos?
-Los derechos antinaturales ofrecen al individuo la libertad de oponerse a la naturaleza, a todo lo que es dado (la vida, el cuerpo, la familia, la religión, las tradiciones) destruyen las normas que son reflejo de la naturaleza humana. En comparación, la generación de derechos que surge actualmente orienta la voluntad no sólo contra la naturaleza, sino más allá de la naturaleza mediante la transformación de la misma. Pretenden crear. Por esta razón los llamo derechos transnaturales, porque son la expresión y el soporte  jurídico del transhumanismo.
Mientras el individuo se afirma negando la naturaleza, lo transhumano la domina remoldeándola. El transhumanismo ya no ataca directamente  la moral natural, como hizo el individualismo libertario, sino que actúa en un estadio anterior, sobre el soporte natural de las normas morales. La técnica y el discurso de los derechos del hombre trabajan de mutuo acuerdo: una vez que la primera ha transformado lo real, los segundos normalizan esta transformación haciendo que sea el objeto de unos nuevos derechos transnaturales.
Por poner un ejemplo: el derecho al aborto es antinatural, porque destruye la realidad, mientras que el derecho al cambio de sexo es transnatural, porque no sólo niega la realidad más carnal, sino que utiliza la técnica para transformar el cuerpo humano y pide a los derechos del hombre que lo normalicen. Los derechos del hombre tienen este poder de normalización, porque expresan e imponen jurídicamente la única concepción común del hombre en el seno de la sociedad.
-Los derechos del hombre, ¿no se han convertido fundamentalmente en un instrumento al servicio de una ideología?
-Tras la Segunda Guerra Mundial, los derechos del hombre eran una promesa universal de paz y justicia.
Ahora se han convertido en un campo de batalla ideológico, el terreno sobre el que se enfrentan las civilizaciones en lucha, porque los derechos del hombre son el reflejo de nuestra concepción del hombre. Hoy en día, en Occidente domina una concepción materialista del hombre, con las consecuencias que todos conocemos. En otros lugares, los 57 Estados de la Organización de la Conferencia Islámica quieren imponer una concepción islámica de los derechos del hombre totalmente sometida a la sharia.

»Entre estas dos ideologías, la tradición del derecho natural -sin la cual los derechos del hombre ni siquiera serían concebibles- intenta preservar lo que puede ser una comprensión justa del hombre en el seno de la sociedad. Ante los ideólogos, yo defiendo una reafirmación, no ya de los derechos del hombre, sino de los derechos naturales del hombre, porque el fundamento de los derechos y los deberos debemos buscarlos en la naturaleza humana.
-Usted ha participado en numerosos casos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). ¿Qué margen de maniobra tiene usted en el ECLJ para influir en dicha jurisdicción?
-Nuestra tarea no es tanto influir en esta jurisdicción como ilustrar lo que es justo exponiendo, asunto tras asunto, una comprensión de los derechos del hombre conforme al derecho natural. En diversas ocasiones el Tribunal ha adoptado nuestra postura. La verdadera influencia es intelectual. Es también una de las finalidades de este libro.
Actuamos de distintas maneras. Presentamos recursos, acompañamos a demandantes o a gobiernos, redactamos artículos de doctrina o de prensa, etc. En septiembre, el ECLJ co-organizó un coloquio en el Consejo de Europa sobre El desafío de la universalidad de los derechos humanos. Intervinieron, principalmente, el presidente del Tribunal europeo, Guido Raimondi, y el "ministro de Asuntos Exteriores" de la Santa Sede, monseñor Paul R. Gallagher.
Actualmente trabajamos en asuntos de libertad de conciencia respecto al aborto, de libertad de expresión en relación al islam, de blasfemia, vientres de alquiler o reproducción asistida anónima. 
Hemos conseguido grandes victorias, pero también hemos sufrido derrotas. Se oponen a nosotros organizaciones que promueven la dignidad no encarnada y los derechos que de esta se derivan. El libro también cuenta estas batallas.
-Al final de su libro, usted habla de una resistencia de la naturaleza humana, unida a una contestación política creciente contra el gobierno de los jueces, sobre todo del TEDH. Este hecho, ¿le da a usted esperanzas para el futuro?
-Sí, por muy poderosa y coherente que pueda ser la ideología de la dignidad no encarnada, está condenada a chocar contra la resistencia de la naturaleza humana: hay algo en el hombre que resiste a su desnaturalización. La naturaleza humana se defiende y vuelve a nosotros. Es lo que podemos ver, por ejemplo, con el testimonio de personas concebidas en vientre de alquiler, que sufren toda su vida e intentan conocer a sus padres, sus hermanos, sus hermanas. Esta necesidad de conocer el propio "origen biológico" demuestra que las dimensiones física y psíquica son indisociables, que el hombre no es sólo una voluntad, que el hombre es, por naturaleza, la unión armoniosa del cuerpo y del alma. Y sólo como tal podrá realizarse plenamente.

(A nivel de cuerpo tenemos todos los estímulos que nos llevan al sostenimiento y desarrollo de la vida i a la generación para perpetuar la especie, a nivel anímico está nuestra capacidad  de valorar, proyectar decidir, nuestra capacidad de experimentar nuestra individuación, nuestra conciencia  ante los otros individuos de la misma especie, y generar relaciones positivas  entre los individuos de la especie de tipo intelectual, investigación etc, capaces de evolucionar no solo a nivel de habilidades.)

»En lo que respecta a la resistencia política a la que usted alude, es necesaria porque estas grandes instancias internacionales no tienen un contra-poder institucional. Ahora bien, ninguna instancia política ha tenido tanto poder en la historia como el que tiene el TEDH. Ni siquiera la Iglesia católica. Esto es especialmente verdad desde que los jueces han pretendido que la Convención europea ya no esté grabada en mármol, sino que se convierta en un "instrumento vivo" para que ellos puedan hacer evolucionar su contenido en función de su concepción cambiante de lo que es el bien.

»Es obvio que, a partir de este momento, cada vez que los jueces imponen una interpretación ideológica de los derechos del hombre, se exponen a una respuesta política de los pueblos y los gobiernos. Es lo que sucedió, por ejemplo, cuando el Tribunal pretendió prohibir el crucifijo en las aulas italianas. Numerosos responsables políticos como Guido Raimondi reprocharon al Tribunal europeo su "supuesto activismo judicial, que sobrepasaba los límites de sus competencias jurisdiccionales, la democracia nacional y revocaba las decisiones nacionales". Esto llevó a Rusia a afirmar la superioridad de sus valores constitucionales respecto a los juicios del Tribunal europeo. Y el pueblo suizo está invitado a hacer lo mismo en un referéndum que se celebrará el próximo 25 de noviembre.
Respecto a mi verdadera esperanza para el futuro, ¡hay que leer el libro para saber cuál es!
Traducción de Helena Faccia Serrano.   FacebookTwitterGoogle+LinkedinWhatsappEmail

No funciona nuestro sistema


¿Que sistema de vida tenemos montado  en el que la generación humana representa un problema?
El pueblo Judio de hace 2000 años  considerava que  hombre y mujer al llegar a la edad de la pubertat, ya podien ser responsables de sus acciones , se les considerava adultos.
Como adultos podian contraer matrimonio  y ejercer el sexo para la reproducción humana.
En la Biblia se comenta que ejercian el sexo a diario, ni se abortaba ni  las relaciones eran por puro placer e infructuoses. El gran error de nuestra Sociedad actual, es considerar a los hijos como una molèstia o que nos cargan con una responsabilidad  que no podemos abordar, y entonces como el herotismo no descansa  se desborda de mil maneres inútiles , desprovistas de atención a la pareja, de egoismo compartido o en soledad.
En aquella Sociedad tener hijos no suponia ningun problema, y el desgraciado era quien no los tenia; con los hijos se aseguraba el patrimonio familiar, trabajadores para las propias tierras o para el cuidado del ganado. El aprendizaje laboral era simultaneo   a la ejecucion de las tareas que se le encomendaban, y así se desarrollaban los Buenos profesionales. Veamos la família de David todos los hijos trabajaban en  el patrimonio familiar, David hacia de pastor.
Fuera del ambito laboral se educaba o en el ambito familiar o de la comunidad religiosa. Ahí se daban los valores de la convivència y del sentido de la vida, del esfuerzo de la responsabilidad, del respeto mutuo.
Los descendientes de las tribus amazonicas (Perú,Brasil,Bolibia, Paraguay, Chile) no tiene problema para tenir abundantes hijos, todos se abriran camino en la vida,  Hombres y mujeres eróticamente compensados ejercen el sexo cuando les apetece  y agradecen el embarazo  como fruto de vitalidad del pueblo, y hay quien es padre de todo un pueblo, cuentan que hay quien tiene un centenar de hijos.
En las comunidades cristianes consolidades hombre y mujer se unen  de forma estable  para poder atender a los hijos  hasta que estos  son totalment autonomos, lazos familiares que se transmiten de generación en generación,  estas familias testificant con su ejemplo el valor que se da a la generación humana y a la cohesión social por la convivència indefinida de la pareja humana, que intenta siempre ante criterios divergerntes llegar a acuerdos, sin juzgarse mutuamente  y valorando el perdon entre ambos acogiendose en una comun union humana.
En el seno familiar  se desarrolllan  los valores mas preciados y caracteristicos del ser humano, aquellos que nos distinguen de los animales, el amor fiel, la libertad, las convicticiones  que conducen nuestra actividad en fución de atender la necesidad del otro.