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lunes, 18 de agosto de 2008

CONCEPTOS CLAROS

Alvaro Cuesta secretario de Libertades Públicas del PSOE, confunde criterios y mete en el cajon del fundamentalismo cosas que no lo son, criterios que simplemente son humanos o éticos y no religiosos, respeto a la dignidad de la persona y no violencia. dice:
«Sin la laicidad no habría nuevos derechos de ciudadanía, serían delitos civiles algunas libertades como la interrupción voluntaria del embarazo, el matrimonio entre personas del mismo sexo, y dejarían de ser delitos el maltrato a la mujer, la ablación o la discriminación por razón de sexo».

Ciertamente la interrupción del embarazo no es legítima por ley natural, por ética, y las religiones monoteistas van erradas si practican la violencia de género, la ablación o la disciminación sexual, pues solo determinados sectores musulmanes fundamentalistas apoyan estas prácticas, pero no las religiones como tales.

En cuanto al matrimonio entre personas del mismo sexo el Sr. Cuesta tambien desconoce que el matrimonio implica la generación humana la familia fundada en el amor i confianza entre la pareja de mujer i hombre en el compromiso de un proyecto común de constituir una familia que requiere la fidelidad mútua i el cuidado y educación de los hijos, con los roles bien definidos de cada miembro de la familia, necesario para lograr un resultado adecuado de dicho proyecto.

Reivindicar la «laicidad» como «requisito para la libertad y la igualdad» es de una ignorancia supina. La laicidad no contradice los fundamentos de la sociedad ni la dignidad humana.Libertad y igualdad se pueden dar por igual en un ambiente religioso y civil.

Es verdad que «los fundamentalismos monoteístas o religiosos siembran fronteras entre los ciudadanos»pero lo opuesto no es la laicidad sino el no fundamentalismo, es falso pues que la laicidad sea « el espacio exclusivo de la integración».

La integración cultural y social no se conseguirá nunca favoreciendo los caprichos de la gente, así solo se favorecen los individualismos, y por este camino llegamos a establecer un piso por persona, cosa que favorece a las constructoras pero no al pago de las hipotecas, ni a aumentar la población autóctona, por eso tenemos poblaciones habitadas hasta mas del 45 % por inmigrantes.

La integración se produce por el diàlogo entre culturas i la colaboración entre personas,
pero no relativizando los valores, y problematizando las virtudes humanas y a hacer oídos sordos a las exigencias del amor sin crear una grave decadencia humana y social.