"Mirad
las aves del cielo, ellas no siembran ni siegan", decía Jesús a sus
discípulos para enseñarles a confiar en Dios. El hombre tradicionalmente ha
mirado a los animales, especialmente a los animales libres, para aprender de
ellos y a partir de cierto momento, para entender mejor nuestra situación como
humanos.
En la
modernidad esta tendencia se ha consolidado. Konrad Lorenz estudiaba varias
especies para demostrar que la violencia puede y debe limitarse: los animales
pueden pelear por jerarquía y poder, pero no lo hacen hasta la muerte y aceptan
la rendición y la huida, excepto de las hormigas porque "son las únicas
que hacen la guerra", poniéndolas como ejemplo de colectivo ciego y
deshumanizado.
Muchos
activistas homosexuales y teóricos de la revolución sexual proponen el modelo
de los monos bonobos, que serían, dicen, pacíficos y alegremente promiscuos,
ofreciendo sexo a cambio de servicios o amistad, y sexo desinhibido de todos
con todos. 12 reglas para la vida, contra
la cultura del resentimiento hablando de cómo incluso las langostas tienen
jerarquías. Defendía así que la jerarquía es algo natural en las especies,
también en la humana, algo que aporta orden y eficacia y seguridad y que por lo
tanto la búsqueda absoluta del igualitarismo es absurda y dañina.
Las langostas
tienen jerarquías, es normal que las tengan los hombres Incluso Benedicto XVI,
en Caritas In Veritate, su tercera encíclica en 2009 desarrollaba la idea de
una "ecología humana": «Si no se respeta el derecho a la vida y a la
muerte natural, si se hace artificial la concepción, la gestación y el
nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigación,
la conciencia común acaba perdiendo el concepto de ecología humana y con ello
de la ecología ambiental. Es una contradicción pedir a las nuevas generaciones
el respeto al ambiente natural, cuando la educación y las leyes no las ayudan a
respetarse a sí mismas».
análisis
sociocultural de la Revolución Sexual y su efecto en la familia y el bienestar.
Una mujer
católica, provida y profamilia, busca llegar a personas que no lo son. Quizá
por eso no menciona a Benedicto, aunque la idea es la misma: hemos roto nuestro
ecosistema humano, que es la familia y eso nos está volviendo locos, hasta
violentos, como pasa con el lobo separado de su manada o la cría elefante
separada de su madre.
Ante jóvenes
activistas provida se proponen: "Seis reglas
- Usar la
moralidad del movimiento por el bienestar animal
- buscar
aliarse con el movimiento a favor del medio ambiente
En
"Gritos primigenios" evoca un sonido: "un coyote en el desierto,
alejado de su manada en la noche". Como coyotes asustados, solos y agresivos: la revolución sexual
nos lleva a la violencia resentida; ha llevado a la soledad de hombres y
mujeres, que se dañan mutuamente y desconfían unos de otros. "la histeria
inexplicable de la política identitaria no es más que eso".
La
"política identitaria", el "nosotras contra ellos", el
"tenemos derecho a todo porque ellos nos oprimieron siempre", el resentimiento, el
"tenemos que pegar antes de que nos peguen"... se ha disparado en
Occidente en los últimos años por una razón ecológica: se ha roto el ecosistema
humano que es la familia.
La
Revolución Sexual, con sus pocos hijos, padres ausentes, parejas volátiles, niños
abordables, escasez de parientes y de lazos de sangre, ha roto el ecosistema
natural organizativo del hombre -que es el mismo que el lobo, del elefante, de
la orca, del suricata, de casi todos los animales complejos- que es la familia.
Individuos
frágiles y heridos, sin el apoyo de una familia fuerte, buscan nuevas
estrategias (a menudo inconscientes) para camuflarse y sobrevivir.
Dedico un
capítulo al feminismo actual, un feminismo muy distinto al que había antes de
la Revolución Sexual.
Mujeres, criadas
sin padres, educadas para desconfiar de los hombres, a veces dañadas por
hombres, muchas mujeres tratan de ser más groseras, malhabladas, violentas y
fornicadoras que los hombres, como si eso les hiciera parecer
"fuertes". De nuevo, es el aullido del coyote solo y asustado.
"Sólo
quiero conseguir algo", "soy una zorra como tú", cantaba la
cantante Pink, ilustrando bien esta
agresividad.
Muchas
cantantes que dicen ser feministas hacen vídeos de tonos pornográficos
presumiendo de promiscuas. Cuando feministas de "vieja escuela" las
regañan porque ellas mismas se cosifican reciben insultos groseros y violentos.
"50 sombras de Grey" era la historia en que un adulto rico abusa de
una niña (aunque el libro diga que ella es adulta, es niña en todo) y se presentaba
como algo liberador para las mujeres.
Compensar la
falta de atención masculina duradera
¿Por qué
tanta violencia en el feminismo actual? Son estrategias no necesariamente
conscientes, igual que el leopardo de las nieves no es consciente de sus
cambios de piel según la estación que le ayudan a camuflarse. Buscan
"compensar la escasez de atención masculina duradera y la ausencia de
protección masculina".
"La
revolución sexual redujo el número de hombres con los que se podía contar para
que fueran protectores de vez en cuando, y de diversas maneras. En las familias
rotas la figura paterna se mantiene a distancia y muchas veces ese vínculo
paternal se ha eliminado para siempre. El ethos del sexo recreativo difumina la
línea entre el protector y el depredador y a muchas mujeres les es difícil
reconocer dónde está la diferencia.
Además,
"el declive de la familia ha reducido el número de hombres que ofrecen un
afecto y una compañía de naturaleza no sexual. Ya hay menos hermanos, primos,
tíos y hombres con los que se contaba para que defendieran a madres, hermanas o
hijas de otros hombres que las trataran mal. Al mismo tiempo, la
sobreabundancia de parejas sexuales disponibles ha hecho que sea más difícil
mantener la atención de cualquiera de ellas, al igual que la pérdida del
prestigio social y moral del matrimonio, que antiguamente era lo que en último
término captaba la atención definitiva de los hombres".
Así,
"el resultado es que muchas mujeres se encuentran más vulnerables y
frustradas. La retórica furiosa, arrogante y malhumorada del feminismo promete
a las mujeres lo que no pueden encontrar en otros lugares: protección. Comunica
un mensaje: 'vamos a controlar a los hombres por otros medios'."
Quien de
verdad les ha dañado es la revolución sexual, con su soledad y sus daños
afectivos. "El enemigo no es algo tan abstracto como lo binario, o el
patriarcado o la norma de género. El verdadero enemigo son los lazos débiles de
la familia y comunidad, el esposo y los hijos".
Premiar la
androginia, castigar lo muy masculino o muy femenino
Mientras
tanto, la sociedad castiga lo muy masculino o muy femenino y premia la
androginia. Para que no haya conflicto entre hombres abusones y mujeres heridas
y resentidas (todos ellos marcados por la soledad), parece buscarse que,
simplemente, no haya ni hombres ni mujeres. Muchos cuerpos policiales rebajan
sus exigencias y ahora aceptan personas de mucha menos estatura y fuerza
física. Y en 2019 un juez de EEUU dictaminó que es inconstitucional que sólo
los hombres puedan ser reclutados en caso de levas militares en guerra.
Algunas estadísticas: los varones admiten que
prefieren tener hijos varones. Como tras la revolución sexual van a tener solo
uno o dos vástagos, si nace una niña, muchos tratarán de proyectar en ellos sus
pasiones, como los deportes de contacto (hockey, rugby, fútbol) que se han ido
llenando de niñas. Con niveles más altos
de estrógenos, una pelvis más ancha, más escasez de calcio y vitamina D y otras
características físicas, está ya medido que las chicas se lesionan más que los
chicos en estos deportes.
Por ser
varón, eres malo o peligroso... intenta no ser tan varón.
Mientras
tanto, a los niños varones se les empieza a educar en la idea de que sólo por
ser varones son malos. No hace falta que se les diga explícitamente. En una
familia rota, donde el padre no murió heroicamente en la mar o en la guerra,
sino que se fue, o no se sabe quién es, o mamá lo echó, queda claro que el
hombre no es de fiar, mientras la esforzada madre hace esfuerzos titánicos
admirables.
Así, un niño
varón tendrá la tendencia a parecerse lo menos posible a un hombre (esos que no
son de fiar, y a los que de hecho casi no trata ni conoce) y querrá mostrar que
es inofensivo siendo lo más femenino o andrógino posible.
"Mujeres
cada vez más combativas que reaccionan a hombres cada vez más distantes, y por
otro lado hombres ansiosos que están aprendiendo la lección social de que lo
femenino debe ser temido". Pero la especie humana depende del amor y
confianza entre hombres y mujeres: la androginia y la desconfianza dañan a
nuestra especie.
Los síntomas
de "la histeria" de las políticas identitarias y su causa es la
Revolución Sexual, que incluye, entre otras cosas:
-
anticoncepción
- divorcio
exprés
- nacer
fuera del matrimonio
- vientres
de alquiler
- absoluta
libertad erótica (sexo sin compromiso, etc...)
-
prostitución omnipresente
- el aborto,
como algo "sacrosanto"
-
pornografía, a la que ya no combaten ni las feministas
- desdén y
desprecio a la religión tradicional... la que ayudaba a mantener familias
fuertes. Sin combatir la revolución sexual no se vencerán a las política
identitarias
Hay
políticos de izquierda tradicional o de derecha liberal que critican y combaten
las políticas identitarias, desde la redefinición de hombre y mujer, hasta las
cuotas étnico-sexuales, los pronombres cambiados ("elles", el
femenino genérico, "los y les camaradas")... pero considero que no
conseguirán nada porque no están dispuestos a combatir la causa de fondo: la
Revolución Sexual.
"La
política identitaria no es tanto
política como un grito primigenio, es el resultado de la Gran Dispersión, una
dispersión familiar sin precedentes que lleva ya 60 años y parece
imparable".
Mientras no
se combatan los males de la Revolución sexual, seguirán rompiéndose familias,
niños y niñas solos y heridos crecerán dañándose unos a otros, los coyotes,
asustados e histéricos sin su familia, seguirán aullando desesperados y
mordiendo a quien se les acerque.
Uso del sexo
como conviene según el instinto, teniendo en cuenta que la finalidad principal
es la generación humana con todo, la pareja humana, requiere a lo largo de la
vida vivir el sexo con alegría, con naturalidad, con estimulación frecuente,
con el disfrute propio de la relación sexual, gozando de la mutua estimulación
hasta culminar en el orgasmo. Donde se produce la relajación, de la persona en
favor de un descanso profundo, o la de
afrontar la actividad diaria con nuevo
equilibrio y lucidez.
La relación
no productiva desde el punto de vista de la generación humana, está dentro del
funcionamiento normal, del cuerpo humano, por lo tanto debe considerarse una
actividad regular normal en el transcurso de la vida humana, y aunque a partir
de la adolescencia, en las distintas etapas de la vida no se experimenta por
igual, en la edad adulta uno ha llegado a la máxima potencia, y capacidad en asumir y
tener conciencia, y experimentar la máxima necesidad de mantener la
relación sexual y hacia la edad senil la exigencia de la capacidad de
excitación y orgasmo va de bajada, pero eso no quita que el instinto sexual
sigue presente aunque con menos fuerza, aún más allá de los 80 años cosa a tener en cuenta, en favor del
equilibrio psico-fisiológico de la persona.
Debo decir
que este es el vínculo más fuerte por el que hombre y mujer se complementan
mutuamente, y la relación sexual es el
signo y emblema de dicha complementariedad.
Por eso la
sociedad con el incremento de la educación en este sentido pierde tabúes,
complejos, prevenciones, cobra naturalidad y transparencia, viviendo cada uno
la sexualidad según la siente; cosa a tener en cuenta a la hora de constituirse
la pareja, y de las variaciones en experimentarla a lo largo de la vida; con
todo dados los fuertes contrastes culturales de nuestra sociedad, aún en distintas
franja de edad, conviene ser prudentes para no escandalizar, creando rechazos y
mal vivir en el seno de nuestra sociedad, ya que muchos consideran esta
temática exclusivamente en el área de la intimidad personal, pero los frutos de
generación humana son celebrados abundantemente por nuestra sociedad.
Nacimiento y aniversarios, las despedidas de soltero y las bodas, aniversarios
de la vida en pareja.
En las
religiones Abrahamicas, hay celebraciones religiosas que conmemoran todos estos
hechos, de ahí la importancia que tienen en la sociedad y cultura.