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domingo, 24 de julio de 2016

ÉL ME HA ABIERTO LOS OJOS




 El anciano me suplica que le de para comprarse un refresco, porque està muerto de sed por la tarde DE VERANO.

Le contesto que no llevo dinero, que no tengo nada para darle en este momento, mientras ella me esta urgiendo que corra al otro lado de la acera, para coger el bus para ir a misa para lo que tenemos tiempo sobrado.

Dejo tirado el pobre en la calle para ir a celebrar el culto religioso.

No he sabido afrontar la urgència puntual de ella, para atender al necesitado, podia haver vuelto a subir a casa , y bajar dinero para comprarle algo de beber y comer  al lado de casa, aunque después llegara tarde a misa.

Por la mañana compartiendo con Mercedes salió muy claro que antes es atender al pobre que ir a misaLuego la oración inspirada que me salió del corazón acabando en llàgrimes, era en favor del amor universal, en que Jesús nos diera su manera de ver las coses y persones, abriendo nuestros horizontes, considerándonos hermanos de todo el mundo, mirada de compasión y misericòrdia.

Llegué a misa sintiéndome culpable, pidiendo perdón y deseando que no se repitiera esa situación.

En adelante quiero sentirme libre para poder atender el necesitado. Saber improvisar para no depender de un programa.

Se lo he pedido a ella. Me ha respondido que ella no sabe improvisar y que la culpo a ella de la falta de libertad, y se ha ofendido.

Yo vivo dependiendo de ella sin poder actuar por mi cuenta, y esa es mi pobreza, y su pobreza es esa esclavitud de la programación.

Ambos con nuestras pobrezas nos hemos presentado ante el Señor,  el de nuevo nos acoge, nos perdona, nos consuela, y se nos da.