Tengo que
reconocer y agradecer la acción de Dios en mi.
Dios en mi
adolescencia tuvo ya un lugar preferente en mí, sentía su llamada, y por eso
entré en la Compañía de Jesús. El noviciado fue una época fervorosa en mi vida,
pero entré sin haber aprobado la reválida del bachillerato a los 16 años de
edad, y tenía presente en mi mente reiteradamente la humildad, pero no conocía
su alcance, pues en el juniorado se había despertado mi inteligencia y me sorprendía
la rapidez con que captaba las explicaciones de las clases, etc. Y esto me daba
una seguridad en mí mismo, actitud que siguió en la filosofía.
En su 3r año
pasado el verano enfermé de tuberculosis, y perdí parte del curso; hice de
valoración de la asignatura de historia de la filosofía un plagio sobre san Agustín
que suspendí, y ya estaba sin título de bachiller y sin título de filosofía.
Tengo facilidad para sintetizar. Pasé a maestro en el colegio de Caspe a dar
religión a los de 1ro. Yo estaba acostumbrado a dar catequesis al estilo
predicación y opté por la narrativa-descriptiva, pero eso no instruía a los
alumnos y los alteraba. Fracaso.
Me pusieron
de ayudante de la misa de un sacerdote anciano a quien le molestaba o le quitaba
recogimiento si yo recitaba en alta voz las oraciones comunes del sacerdote y
del pueblo, entre ellas el padrenuestro, otro fracaso. Me cambiaron a san Pedro
Claver: ayudaba en la escuela y en la liturgia, haciendo la introducción a las
lecturas, contacté con comisiones obreras…fui a excursiones y campamentos con
los chicos de la escuela, al parecer me comportaba como uno cualquiera sin
mantener los modales propios de lo que representaba.
En la
secretaria del colegio asesoraba a los alumnos. Otro fracaso.
Me llama el
provincial y me propone ir al Congo o salir de la Compañía, no siento lo del
Congo, y me acojo a salir.
Las
encíclicas Mater et Magistra , y Pacem in terra de Juan XXIII me hicieron un
impacto decisivo en mi mentalidad y conducta. Puse los valores humanos por
encima de la obediencia (muy rigurosa en la orden sobre todo para los miembros
que estaban en formación, porque los ya formados se movían libremente, fumaban,
veían la tele cuanto les apetecía, tenían su coche particular…)
Es decir si
a mi entender la obediencia no respetaba algún derecho, derivado de los valores
humanos fundamentales y su desarrollo, yo iba a mi aire, ladeando muchos
aspectos que configuraban la vida comunitaria.
Pedí al
provincial para que me costearan el carnet de conducir y accedió.
Cerca los 22
años de edad, volví con mis padres; busqué trabajo de auxiliar administrativo
en Alcoholes Antich, de donde salí para hacer el servicio militar en Palma de
Mallorca con 23 años. Este tiempo que trabajé en Barcelona casi un año, los
fines de semana aproveché para crear relaciones sociales asesorado por mis
hermanos, y frecuenté el centro de san Pedro apóstol, donde conocí a la
Victoria quien me captó especialmente la atención, y más después de saber que
ella también había estado viviendo en un convento de Vedrunas, pero que
reflexionando sobre los motivos que le habían llevado al convento, concluyó que
el primer discernimiento no era el adecuado.
Le hice la
propuesta de matrimonio para después de la mili, y durante toda la mili nos
estuvimos carteando, e incluso en tiempo de vacaciones vino a verme un fin de
semana.
Ahí trabaje
a horas libres, ya que me dieron la opción de ser cabo, y me asignaron a la
guardia de capitanía donde la jornada era de 24 horas, lo cual me permitía
tener media semana libre para trabajar por mi cuenta, trabaje en la colocación
de arrimaderos y en pintura industrial lo cual me permitió acumular junto con
lo que ya tenía en Barcelona unos ahorros, que con los de ella nos permitió
comprar un piso el San Feliu de Llobregat, y montar allá nuestro nido.
En Mallorca
conecté también con primos y sobrinos de mi abuelo materno de donde era
originario, y que me invitaros a compartir con ellos en varias ocasiones.
Después de
la mili vuelve a buscar trabajo en Barcelona: En Autopistas del Mediterráneo me
contrataron en el departamento de control de costes de construcción.
Para mejorar
el sueldo cambié al departamento de control de costos de producción de los
laboratorios Richard Hudnod de cosméticos y fábrica de chicles en BCN, trabajé
un curso, pero cuando en verano tuve que suplir al jefe no supe sacarme el
trabajo de encima como debía; otro fracaso.
Y encontré
trabajo en Acieroid empresa de construcción de naves industriales en chapa
metálica. Trabajé de control entre oficina técnica y fabrica, hasta que vino
una inspección de la dirección francesa de la empresa en un momento que el
trabajo iba de baja, de ahí me pasaron a hacer presupuestos, y luego a control de
inversión por obras, descubriendo los errores de la empresa. Acabado este
trabajo me indemnizaron, y me asocié con Vicente de Pablo para crear la empresa
Urdisa de distribución de productos farmacéuticos y cosméticos y perfumería. él
atendía a los clientes, yo a la administración y ambos a la actividad del
negocio, almacén y rutas de reparto al personal contratado. Durante este
trabajo y ya con un sueldo mayor que todos los anteriores, me tuvieron que
operar de una piedra atascada en el uréter; a los 4 dias de estar de alta de la
clínica me incorporé al trabajo, aún con la herida abierta.
Así
trabajamos unos años hasta que, por el crecimiento, y sobre todo por la forma
de gestionarla. Unas diferencias sobre las competencias de cada uno, hizo, que él
se quedara con el negocio, me indemnizara y así yo adquiriera por traspaso una
librería, papelería en el puente de Espronceda en el barrio del Clot, mal
situada y con mucha frecuencia de gitanos que Vivian junto a las vías de tren
entre el puente de Espronceda y el del trabajo. No me llegue a sacar ningún
sueldo satisfactorio, entonces me ofrecieron de editorial Roma la venta a
librerías, en primer lugar, me asignaron zonas de Barcelona, y luego
provincias, las de Aragón, Guadalajara, Soria, Segovia. Estuve viajando de
lunes a viernes un par de años, y el sábado entregando los pedidos de la
semana, y una vez al mes cobrando mis comisiones, una cantidad similar al
sueldo de Urdisa, pera mermado por los gastos de pasar la semana fuera de casa
y los gastos de coche, gastos que yo procuré reducir al máximo para que quedara
dinero para la vida familiar con todo durante este tiempo cambié de coche. Los
reencuentros familiares los fines de semana. Un año después de dejar la empresa
esta cerró.
Dejé esta
empresa para entrar como celador, y luego como educador en un centro de menores
de la DGAIA con un sueldo bastante mejor que me permitía ahorrar, y ahí estuve
hasta que me jubilé a los 64 años, edad conveniente prevista en la DGAIA para
este tipo de trabajo, ya que edades más cercanas a los niños o adolescentes
pueden sintonizar y manejarse mejor con ellos ; entre los adolescentes
atendidos abundaron sobre todo los
últimos años ladrones, drogadictos, homosexuales, y sobretodo traumatizados por
problemas familiares.
Experiencia
profesional tanto en la empresa privada como en la pública no ha faltado. Y eso
ha influido en la educación de los hijos, en abertura de criterios al discernir
y asesorar a los hijos.
El 7-7-78
conocimos la Renovación Carismática cuando nuestro hijo se acercaba a los 7
años para hacer la primera comunión, y la hija
con 5 años.
Teníamos la
necesidad de actualizar nuestra vida espiritual, cargada con fuertes
contrastes, tanto mediante revistas que recibía para vender como por contactos
con el vecindario, momento en el que creció mi curiosidad por la homosexualidad
y la tabla huija. Por otra parte, murió la madre de un vecino, fui al funeral
entierro, donde me dieron a leer las lecturas de la liturgia.
Fue para mí
un tiempo de dar bandazos desde el punto de vista espiritual; no había asumido
adecuadamente la sexualidad; mientras viajaba, tanto iba a ver por la noche
películas eróticas como a actos religiosos, también mantenía un fuerte impulso
para acercarme al mundo marginal.
Pasado el
auge de la Renovación carismática en Barcelona, alrededor del cambio de siglo,
Victoria buscando nuevos ámbitos que le satisfagan, probamos Vida Creciente,
donde nos encontramos con mi primo Daniel, principal dirigente del movimiento
en Sabadell, apenas estamos un año con ellos, donde fuimos muy bien acogidos,
pero donde nuestra formación y experiencia religiosa iba muy por delante del
conjunto de vida creciente.
Ya sin misas
dominicales de R.C. que se trasladaron a un local alquilado, pero que no tenían
la ambientación que Victoria necesitaba, empezamos a ir a las Benedictinas de
Anglí, ambiente litúrgico y acogida de las monjas, que convenció a Victoria,
con estas nos fuimos comprometiendo con ellas y con la comunidad seglar que las
acompañaba, salíamos en las salidas pascuales visitando diversos templos,
santuarios y monumentos de Catalunya.
Alrededor
del 1999 surgió una iniciativa en las benedictinas: crear un centro de acogida
de las personas sin recursos, se estableció una comisión gestora de voluntarios
donde me apunté de inmediato, ya que profesionalmente estaba dedicado a la
atención de adolescentes en residencia donde eran asignados por problemas de
justicia, y orfandad.
El año 2000
arrancó en el barrio de Sarriá el centro de acogida Assís, de atención de
personas adultas sin recursos. El centro con predominio de financiación privada,
y al amparo del arciprestazgo de Sarriá y de las monjas benedictinas, se ha ido
desarrollando llegando a atender a 160 personas diariamente, en los servicios
de desayuno, higiene personal (ducha y cambio de ropa) y asesoramiento
personal. Servicios que se han ampliado a facilitar vivienda.
Ha sido para
mí un recurso para dar testimonio de mi fe en múltiples ocasiones, sobre todo
al frente de los servicios higiénicos, generalmente duchas que cada mañana
pasaban de 40 servicios.
Antes de
esto me entregué en cuerpo y alma a vivir la espiritualidad que se desprendía de la R.C. participando en sus
encuentros y reuniones, y que he recibido de líderes extraordinarios, muy
bendecidos por Dios, hasta llegar al papa Francisco donde la iglesia vuelve a
su pureza primigenia, y a tener el atractivo que tenía Jesús en persona.
Un hecho que
me ha afectado profundamente fue atender a mi padre, en sus últimos días de
vida, y constatar que había desheredado a los hijos en favor de la persona que
estaba mayormente con él, 8 años nos llevó impugnar el testamento, y recuperar
lo que se nos asignó por testamento anterior, en mi caso el piso donde ahora
vive mi hija.
Mi mayor
ejercicio de perdón ha sido en favor de la señora, que engañando se adjudicó el
testamento de los bienes de mi padre, estoy agradecido a Dios porque una
gestión tan difícil como la anulación de un testamento, ha sido posible, y
ahora podemos disfrutar de lo que nuestros padres tenían previsto para nosotros.
Este próximo
agosto del 2020 agradecemos a Dios que en mi convivencia con Victoria hayamos
alcanzado el 50 aniversario. Ambos procedíamos de nuestra adolescencia y
juventud de la experiencia de vida religiosa comunitaria, por motivos bien
distintos, ella porque consideraba que no había salvación fuera de los
conventos, yo porque en la congregación mariana experimenté, un intenso
sentimiento religioso que consideré que el único ámbito apropiado para
desarrollarlo, era la comunidad religiosa.
Ni uno ni el
otro veían posible vivir la fe a fondo a nivel personal en el ámbito laico.
Nuestros
antecedentes eran una garantía para un noviazgo respetuoso, y eso me convencía.
Desde un
primer contacto muy primario en san Pedro Apóstol averigüé la forma de conectar
con ella, y así empezó nuestra relación, carteándonos mientras yo hacia la mili
en Palma de Mallorca, donde ella me visitó.
Varias veces
me ha confesado que la relación sexual no va con ella, que no ha tenido nunca
vocación al matrimonio y después de tener los hijos se negó radicalmente a
aceptar ninguna relación íntima de
manera que para mí fue como volver a la soltería y desahogar los impulsos
sexuales en solitario, cosa que con el paso del tiempo resulta altamente
frustrante, sabiendo que tienes la pareja al alcance de la mano.
Esta
frustración me ha llevado a una cierta derivación hacia la homosexualidad, que
por ética he tenido que controlar siempre.
Ahora ya a
la raya de los 80 años me pregunto sobre el sentido de mi vida, y a la hora de dar cuentas , que me pedirán,
, como es el amor ente Victoria y yo, ,
por mi parte el respeto y colaboración en todo siempre presente, también
defendiendo los distintos puntos de vista aunque eso es propio de cualquier
relación humana, por ejemplo la distinta visión de Catalunya, ella de origen
granadino ha optado siempre , por la unidad de España con la monarquía por jefe del estado la
constitución y leyes de España no las cuestiona, y defiende la tendencia a
controlar desde el gobierno y poder judicial español a Cataluña para que no
sobresalga, limitando sus recursos o centralizándolos. Yo en cambio defiendo la
libertad de Catalunya para poder tomar las decisiones que crea más oportunas
para su crecimiento, con criterios propios de la cultura y de forma de
gestionar su territorio, industria, servicios, parlamento, gobierno y justicia
de forma propia, con tendencia a igualar los recursos de la población, de
manera que haya una mejor distribución de la riqueza, y un mejor desarrollo de
la población, esta tendencia de progreso de Catalunya invita a comparar
regiones , y a crear una cierta envidia ,pues está demostrado que ha sido el
destino de gente de todos las regiones
de España.
A parte de
estas agudas diferencias de mentalidad, recordamos en ella la huida del pecado,
y en mi la gratitud por los dones del Señor.
Ella
voluntariosa, dispuesta a dar soporte al marido que buscando el pan fuera de
casa, se ha tenido que responsabilizar de la educación y de cubrir todas las
necesidades de los hijos, y acoger al marido teniendo siempre a punto la comida
en la mesa, y cuando este ha requerido de servicios médicos, operación del
uréter, rotura de un dedo de un pie y tenerlo 2 meses con la pierna enyesada,
la hospitalización por el ictus de varios meses, la hospitalización por un
“sar” donde se le dio por desahuciado,
esperando que se muriera definitivamente. En todas estas circunstancias de
salud y en todos los vaivenes laborales, ella ha sido el puntal de la casa, con
su trabajo estable hasta que la empresa entró en crisis y se la despidió y
pagándose ella hasta la edad de jubilación de lo que cobraba el marido la cuota
de la seguridad social para poder tener una jubilación decente.
Yo tengo que
reconocer todos estos méritos suyos, que componen un amor en parte fundado
sobre la gratitud, y en parte por la admiración. ES el aprecio bien merecido
por su conducta heroica en ocasiones, y siempre servicial. En estos 50 años hemos llegado a una
convivencia de reconocimiento mutuo en distintos campos de nuestras habilidades, a mi me reconoce la
de manejar el PC. Llevar las cuentas a nivel global, decidir donativos… ella
las tareas de casa, aunque yo también colaboro con ellas pasando el aspirador,
regando el jardín de balcón y ventanas. Y hasta recientemente ha respetado mis
relaciones sociales; ahora muy absorbente me quiere para ella, de manera que he
ido cortando sistemáticamente mis relaciones sociales presenciales y ahora
pretendo sostenerlas telemáticamente.