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lunes, 1 de enero de 2024

Al venir hoy ante Tí,

 

Al venir hoy ante Tí, quede todo por debajo;

por debajo yo ante Tí.

Por debajo, por debajo son y quede toda cosa,

que no son luz, son tiniebla; no es libertad, son cadenas.

Tú tan sólo Realidad;

mas contigo, todos, todo se transforma, resucita,

es camino a Eternidad.

 

            ...¡Calláos ya, sensaciones, serénate, cuerpo mío!

            espíritu ¡espabila!, despierta, no estés dormido:

            te está mirando amoroso el Santo Dios hecho Amigo.

            Atiende, que está a la puerta,

            escucha cómo te llama.

            Vé y abre, y dile: ¡entra y llena toda mi casa!.

 

Siéntate a sus pies, ahora,

ante su Rostro, adora,

su Nombre alaba y no temas

que con gran misericordia, condescendiente te invita.

 

            Hazle dueño de tu vida,

            el guardián de tus cuidados,

            y tu frente en El apoya abandonada a sus brazos.

 

¡Oh, Señor! toma las riendas y muéstrame tus caminos.

Donde hoy digas que vaya, iré, no sola, contigo;

lo que digas que yo haga, o que hable o que calle,

eso haré y no otra cosa.

Abre y sana mis oídos,

úngeme con tu piedad,

llena todos mis vacíos y en mi nada, hazme amar.

Sólo eso, no otra cosa: amar quiero, nada más.

 

            ¡Qué sorpresa la que tengo!: ¡mira que querer tan sólo lo que menos hay en mí!

            ¡Es claro que Tú me vives! Vale pues, vive Tú en mí.

            No me importa no ser yo, pues de mí tengo experiencia

            de tristezas, de pobrezas y de errores;

            acepto que Tú me vivas y desde mí, des amores.

Y yo, siempre, por debajo, por debajo yo ante Tí.

 

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 ...Ese Dios que en tí descubres está viviendo en tu hermano,

            y para que así lo creas y con tus ojos le veas,

            Dios mismo se hizo humano.

 ¡Oh, Jesús! sana mi vista, mi ceguera, mis tinieblas,

mi corazón cura y limpia,

yo necesito encontrarte bajo cualquier apariencia,

que el intercambio de amores resucita las miserias,

¡va bajando el cielo nuevo,  vá surgiendo nueva tierra!

 

..¡Oh Dios mío, que sorpresa!:

            mi oración hecha poesía.

            Has hecho vibrar mis cuerdas

            y arrancado de mi tedio, para tí y mis hermanos,

            sones de amor y de fiesta.

 Al acabar, me viene una cancioncilla que ya hace años el Señor me dio y que hoy cuadra cantarle:

          PARA TI ES MI MÚSICA,

PARA TI ES MI CÁNTICO,

PARA TI MI MELODÍA...

            SEÑOR, YO CANTARÉ,

TUS PROEZAS CANTARÉ,

CANTARÉ TUS MARAVILLA

     Amén.   Victoria.

11-4-2000

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