Como
darnos valor a nuestros errores y
locuras y
considerarnos que nos marcan de por vida, manteniéndonos en la
marginación incluso nos convencemos y
asumimos lo miserables que somos.
“Salmo
49/48: os diré palabras juiciosas, una reflexión que he pensado maduramente.
Fijo
la atención en algo que me intriga y lo digo con gozo.
¿Qué
hombre podrá pagar su rescate?
No compararé el derecho a vivir permanentemente,
viendo la muerte a mi alrededor.
Pero
el Señor me guardará, protegido de las garras de la muerte.”
Completare
mis días de vida, sin ser absorbido por la muerte, sino mediante un traspaso
liberador al encuentro de mi Dios que me habrá rescatado de mis errores y
locuras, de la marginación pasando a tener una sociabilidad de pleno
derecho, reconociéndome en toda mi dignidad, libre de los condicionamientos de
mi vida actual. pero eso sí uno mas sin privilegios ante el Dios que me dio la
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario