El trabajo del Vaticano II ha sido formar la conciencia de
la comunidad cristiana de manera que sus miembros alcancen ser plenamente
conscientes de aquello que potencia sus vidas hasta la plenitud, acoger el
amor, la sabiduría y la verdad del Dios creador en Jesucristo y su espíritu
santo.
Se trata de que la comunidad alcance a reconocer el tesoro
que tiene en su seno,
En el dialogo que uno presta inicialmente atención al otro
con quien pretende comunicarse, y luego si los dos están de acuerdo inician a
corazón abierto el diálogo.
Conviene estar abierto a acoger todo Aquello que venga, sin
seleccionar nada, sin descartar nada, inicialmente abierto a todas las culturas
y mentalidades del mundo, y a todas las religiones, un fenómeno universal unido
a la historia de todos los hombres desde el principio
Reconocemos los grandes valores espirituales contenidos en
todas las religiones, y que apreciamos en gran manera, se trata de la primacía
de lo que es espiritual, que en el seno de las comunidades humanas toma las
distintas expresiones religiosas de la verdad, o manifestaciones de Dios que
las fundamentan.
A la vez este sentido espiritual que se detecta por todo el
mundo, es fuerza que nos lleva a la plena realización de la persona humana, da
sentido a la vida humana, motiva la razón de ser a la persona, confirma el
deseo de crecer, desarrollarse y dar un rendimiento en la vida convencido que
vale la pena ser procreativo.
Desde Abraham ( para dar una fecha que podría ser muy
anterior, se está produciendo de
manifiesto la humanidad de aquel que es
su creador, y quien lo sostiene, y de ssus intenciones, de los motivos y deseos
y programación establecidos por El.
Así toda la historia de Israel y a continuación el
cristianismo han estado y continua siendo iluminados por aquella luz que aflora
en nuestra conciencia y que toma forma en el pensamiento y la palabra.
Al manifestarse en nosotros esta dimensión espiritual estamos
asumiendo en plenitud nuestra dignidad.
Como humanidad tenemos un largo y difícil camino para
unificar criterios, mediante un
conocimiento reciproco, una liberación de obstáculos, que hacen surgir la
unidad que tenemos escondida.
Toda la historia nos lleva por un proceso que pasa por 7una
ley y unos profetas, un pueblo, una familia, de Nazaret que proclama y testimonia
un definitivo compromiso de Dios con la humanidad.
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