Id por todas partes i explicad la liberación que hay
prevista para todos.
El auténtico plan de vida que Jesús ha vivido a tope es
asequible por todos nosotros, sin engaños,sin complejos, sin miedos, con
suficiente libertad y serenidad, lo bastante atractivo como para entusiasmar a
todo el mundo.
No es para gente selecta ni para los más desgraciados, todos
tienen cabida en un plan que no oprime a nadie, que no viene a coaccionar a
nadie, es una propuesta para dejar atrás todo aquello que nos ata, y salir con
fuerza adelante con visión de futuro, con sentido de responsabilidad a la
medida de nuestras posibilidades, creando la civilización que permite apreciarnos los unos a los otros,
en aquello que es válido de cada uno, y potenciarlo en la colaboración que nos
da soporte mutuo.
Solo nos basta estar de acuerdo y poner manos a la obra,
iniciar la reconversión de nuestra vida a esta nueva dinámica, poner hitos y valorar
su consecución, hacer confianza en el futuro que eso comporta, sabiendo que
Dios da soporte porque esta es su propuesta y su objetivo.
En la manera como ha conducido el pueblo judío a través de
la historia Dios se ha dado a conocer, y sobre todo en la manera de hacer de
Jesús y sus propuestas, en el coraje que hn experimentado sus sucesores por
darlo a conocer, en la continuidad que permite a esta comunidad humana seguir
creciendo hoy con fuerza.
Hay un hechizo que no pasa en el cristianismo, que no es
propio de una cultura o de una época. Hay una respuesta a una experiencia
personal que desborda la vida cuotidiana llena de desengaños y cansancios, hay
un impulso vital que se para ni ante la muerte.
Una progresiva toma de conciencia de nuestra situación
personal y relaciones humanas que nos permite avanzar con el asesoramiento de
aquellos que van delante, con la información que da la biblia, con el
reconocimiento de aquello que experimentamos y entendemos, como negativo o
positivo esclavizan-te o liberador, como reductivo o expansionista.
Es posible llegar a la plenitud a la que nuestro ser tiende,
solo no hay que poner el freno, dejar que el Espíritu que tiende a expansionarse
del todo en cada uno, sea liberado, y permita a la persona vivir la experiencia
de una relación personal con Dios a través de la cual pueda decidirse por
aquello que Dios tiene programado para el.
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