No puedes atender las necesidades de tu
hermano,sin distinción de sexos, si no tienes una auténtica libertad interior,
que no solo te permita atender a sus necesidades mas perentorias, sinó solventarselas
cuando uno mismo no puede. Esa capacidad de ayudar y amar no es possible mientras
uno no tenga la libertad interior que le permita con espontaneidad i sencillez
ofrecer la ayuda que requiera, especialmente cuando hay que atender ancianos, enfermos y disminuidos.
Esta es la cercania humana a la que hay que llegar por el amor
universal, a la comprensión interior, del otro que te descubra aquellas necesidades
que él no manifiesta, y que puedas atender como si te lo hicieras a ti, y en
ello està tambien la aceptación de tu
ayuda, cuando haya una relación autenticamente fraternal, sin secretos entre ambos, sin
aprensiones ni temores a ofender la sensibilidad, ni acusacions, la ayuda serà aceptada con gratitud y la
dignidad de ambos respetada.
Hay otro factor y son tus fuerzas para ofrecer la ayuda , si
has de mover un paralítico impedido de movilidad, has de tener fuerzas y
herramientas apropiades, sinó has de pedir ayuda a terceros, y eso entra en el
amor fraterno; a veces incluso hay que
forzar un cuidado como es la alimentación, si el enfermo tiene pereza de comer
por causa de las dificultades que tiene, o no quiere moverse por pereza o dolores, o se abandona
porque ya quiere morir; el amor afectuoso y respectuoso que perciba el enfermo impedirà que se
abandone, y acepte la muerte natural cuando llegue.
Otro factor es la experiència y preparación necesarias
para atender a ancianos y enfermos como cuidador con resposabilidad, sabiendo
lo que haces y para qué lo haces, observar los efectos beneficiosos y
perjudiciales de la medicación y comentarlo
al medico o sanitario que lo atiende, saber interpretar de entrada las variaciones
en mejor o peor de la salud de la persona cuidada, e informar al medico.
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