Ser IMPARCIAL frente a las apetencias de mi sensibilidad o
pasiones o sentimientos, no para despreciar sino para mantener la relación
adecuada, de manera que la persona en
cada momento se sienta con la libertad de acoger o rechazar, según las
circunstancias de cada momento que lo aconsejen .
La Quaresma nos enseña a aceptar o no, dichas apetencias en función de unos objetivos de dignidad superiores , y no solo por mantener la libertad respecto a ellos. No es fácil lograr esta independencia; si nos examinamos descubriremos hasta qué punto actuamos por rutinas y preferencias espontaneas.
Nosotros con nuestras fuerzas no alcanzamos el objetivo que
nos hemos previsto, porque no tenemos la capacidad de tener esta imparcialidad.
Acudir a la súplica al Espíritu universal que en su momento
creó cielo y tierra, y es mi creador, para que modifique en mi aquello que
frena mi crecimiento espiritual, mi libertad interior, mi fidelidad a este
Espíritu, y no estar sometido a sensibilidades pasiones o sentimientos, así
ampliamos nuestro propio horizonte , y facilitamos las relaciones autenticas
con nuestro prójimo que tiene sensibilidades distintas, encontrándonos a la vez
con una propia personalidad más rica y asequible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario