La persona hoy queda sometida a la tecnología, a través de toda la organización de la vida comunitaria, a través del sistema de
producción incluso en lo
que se refiere a la
generación humana.
No podemos renunciar a ser nosotros mismos
y ponernos en el lugar de un figurín comercial. Vacías de contenido original las personas
humanas seguimos a lo
que se lleva, seguimos la corriente, y si no lo hacemos nos sentimos incómodos.
¿Que sentido
tienen las iniciativas
humanas en la vida
cotidiana si se
desarrollan lejos de las exigencias
objetivas del orden
ético, de la
justicia y del amor
social?
Una
sociedad consumista que
acumula bienes materiales en contra del depauperado que no tiene nada, y que como mucho recoge de limosna lo que le mantiene en vida, porque no tiene recursos para generar riqueza y salir de la situación que le mantiene
postrado me refiero
sobretodo a países asiáticos, africanos, y de América del Sur.
Se
menosprecian los pobres
en lugar de ofrecerles
oportunidades, y casi
nos complace que se hundan en la miseria no sea que si levantan cabeza se nos echaran encima.
En lugar de dar oportunidades nos aprovechamos de la baratura de productos que otros producen en condiciones de
esclavos. Si queremos corregir esta injusticia
tendremos que cargar los costes de producción con salarios justos, y acostumbrados a comprar barato,
rechazaremos los
productos que se
comercializan con precios superiores a los de mercado.
Cuantas actitudes han de cambiar para poder deshacer las estructuras
injustas que
mantenemos con nuestra codicia: comprar barato y mucho más de lo que necesito.
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