Es Acorde con
la voluntad de Dios tener respeto a Dios y practicar la justicia, en el seno de
su pueblo al que se le revela y comunica su plan de la nueva alianza, a pactar
en Cristo “he aquí que llegará el tiempo que haré un nuevo pacto con la casa
de Israel y la casa de Judá… Pondré mi ley en sus entrañas, y la escribiré en
sus corazones, y seré Dios para ellos y ellos serán mi pueblo... todos del
pequeño al mayor me conocerán. (Ier.31, 31-34.)
Unificados
en el Espíritu el nuevo pueblo, porque quien nace del agua y del Espíritu
pertenece al linaje escogido.
Ese pueblo
es encabezado por Jesucristo, muerto por nosotros, y para nosotros resucitado y
subido al cielo.
La condición
en que está ese pueblo es la dignidad y libertad de los hijos de Dios,
habitados por el Espíritu y cumpliendo con la propuesta del amor universal, que
origina el crecimiento del reino de Dios liberando a la gente de la servidumbre
de la corrupción para participar de la libertad de hijos de Dios, y ser luz del
mundo por la buena convivencia, aprecio mutuo, y la autenticidad de vida
haciendo agradable toda vida humana.
Cristo
adquirió la comunidad cristiana, la llenó de su Espíritu, y la dotó de los medios
apropiados Para su coherencia social.
Para los
creyentes Jesús es quien crea un pueblo liberado, unido y pacífico, y que por
el Espíritu le permanece fiel.
Ese pueblo
es también intercesor ante el Padre de todos, en favor de sus hermanos los
hombres, y anuncian el poder transformador del hombre que le da visión y
conciencia clara de su lugar y destino en la sociedad.
Los
destinados a ejercer el sacerdocio profesional asesoran al pueblo y le dan el
sacrificio eucarístico ofrecido al Padre en nombre de todo el pueblo para la
salvación del mundo.
Vías de ejercer
el sacerdocio del pueblo son los sacramentos, las virtudes, el culto, y la
confesión ante los hombres de la fe recibida:
El bautismo
nos hace hijos de dios y nos llena de gracia.
La
confirmación, ofrece la iniciación a la vida adulta del cristiano, proveyéndole
de los medios e instrumentos adecuados, haciéndoles testigos de Cristo de
palabra y obras.
La
reconciliación, cuando se necesita se realiza con Dios y con la comunidad
cristiana.
La unción de enfermos se presenta a Dios la situación deficiente
para unirla a Jesús paciente y glorificado, para que los
alivie y salve.
El orden ministerial
sirve al pueblo por la palabra y la gracia de Dios.
El
matrimonio ofrece unidad y amor profundo entre Cristo y el pueblo cristiano;
aportan los hijos a la sociedad y a la iglesia; con la palabra y el ejemplo y
deben alumbrar la vocación de cada hijo.
Y todos estamos
llamados a la santidad.
·El Espíritu
de verdad suscita la función profética, la concordancia entre todos los
cristianos en la fe suscitada y mantenida.
El Espíritu penetra
en la palabra de Dios, con juicio certero, y le da mas plena aplicación en la
vida.
El Espíritu
reparte otros dones que permiten hacer obras útiles a la comunidad; a cada uno
se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad.
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