Gracias Señor por esta paràbola, tu Jesús eres la palabra de Dios , y tu eres la
semilla que nos la
repartes, la hechas
en nuestros corazones, a nuestras vidas, y tu palabra a cada uno aprovecha según
las condiciones que tiene, la
que cayo en el camino
las aves se la comieron, es la palabra que no penetra en nuestro corazón, no traspasa ni la piel, se queda fuera en el camino donde la tierra es dura donde está el asfalto, y allí no
penetra ninguna semilla, y vienen los pájaros y se la comen; es una semilla que se pierde, que nos resbala totalmente.
Que no se pierda en nosotros la semilla Señor como se pierde en el camino, que no sea nuestra tierra dura, que no sea nuestra tierra pisoteada, que
permitamos germinen en
nosotros las semillas
de tu palabra.
Otra parte cayo
sobre pedregales, donde havia poca tierra allí llegó a germinar la semilla, però estamos tan ocupados en otras coses que no tenemos tiempo para dedicarle,
y queda arrinconada, por no
poder profunditzar se secó,
el sol la agosto, no tenia raíces
y se secó, esta semilla sí atraviesa nuestra piel, esta palabra nos
produce un efecto
positivo, la admiramos , ¡que buena ocurrència tuvo Jesús, esto
sí que es bueno, esto es la salvación del mundo!, Nos entusiasmamos de entrada con una palabra que vemos està llena de verdad, de justícia, però luego tenemos nuestras piedras, una sèrie de inconvenientes, de distraccions, estamos ocupados en otras
coses, y dejamos lo
importante por lo urgente,
y así esta palabra se ahoga en nosotros, porque hay tantes coses de por medio, que no la dejan crecer , que no
atendemos a esa palabra
de Dios; estoy hablando de palabras que nos da personalmente a cada uno, aquelles ocasiones que me lo està diciendo a mi,
puedo arrinconarla, distraído en otras coses, y ahí se queda y se muere.
Otra parte cayó
entre espinas , las espinas crecieron, la ahogaron, y no dio fruto, las espinas
pinchan, son los dolores,
los disgustos, el no perdonar las ofenses, el malestar, enfermedades, que nosotros tenemos,
y cuando la semilla cae en medio de esta
marabunta, en este terreno
de malestar, incomodidad, angustias, mala conciencia, de sentirnos
solos, menospreciados, o con
un cierto sentimiento de venganza, o anhelos frustrados, todo esto son las espines, que crecen, porque
estan ocupando nuestra cabeza
y nuestros sentimientos y sensibilidad, coses que nos preocupan, y la palabra
de paz de amor de perdón, de gozo, que ha caído ahí, no puede prosperar.
Tanto cuanto nos libramos
del Pedregal, de los espines, la
tierra està preparada para que la semilla de la Palabra
de Dios si atendemos a ella, crezca.
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