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domingo, 29 de mayo de 2016

NO TODO NOS ENTRA IGUAL



Gracias Señor por esta paràbola, tu Jesús eres la palabra de Dios , y tu eres la semilla que nos la repartes, la hechas en nuestros corazones, a nuestras vidas, y tu palabra a cada uno aprovecha según las condiciones que tiene, la que cayo en el camino las aves se la comieron, es la palabra que no penetra en nuestro corazón, no traspasa ni la piel, se queda fuera en el camino donde la tierra es dura donde está el asfalto, y allí no penetra ninguna semilla, y vienen los pájaros y se la comen; es una semilla que se pierde, que nos resbala totalmente.

Que no se pierda en nosotros la semilla Señor como se pierde en el camino, que no sea nuestra tierra dura, que no sea nuestra tierra pisoteada, que permitamos germinen en nosotros las semillas de tu palabra.

Otra parte cayo sobre pedregales, donde havia poca tierra allí llegó a germinar la semilla, però estamos tan ocupados en otras coses que no tenemos tiempo para dedicarle, y queda arrinconada, por no poder profunditzar se secó, el sol la agosto, no tenia raíces y se secó, esta semilla atraviesa nuestra piel, esta palabra nos produce un efecto positivo, la admiramos , ¡que buena  ocurrència tuvo Jesús, esto sí que es bueno, esto es la salvación del mundo!, Nos entusiasmamos de entrada con una palabra que vemos està llena de verdad, de justícia, però luego tenemos nuestras piedras, una sèrie de inconvenientes, de distraccions, estamos ocupados en  otras coses,  y dejamos lo importante por lo urgente, y así esta palabra se ahoga en nosotros, porque hay tantes coses de por medio, que no la dejan crecer , que no atendemos a esa palabra de Dios; estoy hablando de palabras que nos da personalmente a cada uno, aquelles ocasiones que me  lo està diciendo a mi, puedo arrinconarla, distraído en otras coses, y ahí se queda y se muere.

Otra parte cayó entre espinas , las espinas crecieron, la ahogaron, y no dio fruto, las espinas pinchan, son los dolores, los disgustos, el no perdonar las ofenses, el malestar, enfermedades,  que nosotros tenemos, y cuando la semilla cae en medio de esta marabunta, en este terreno de malestar,  incomodidad, angustias,  mala conciencia, de sentirnos solos, menospreciados, o con un cierto sentimiento de venganza, o anhelos frustrados, todo esto son las espines, que crecen, porque estan ocupando nuestra cabeza y nuestros sentimientos y sensibilidad, coses que  nos preocupan, y la palabra de paz de amor de perdón,  de gozo, que ha caído ahí, no puede prosperar.

Tanto cuanto nos libramos del Pedregal, de los espines, la tierra està preparada para que la semilla de la Palabra de Dios si atendemos a ella, crezca.


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