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jueves, 7 de mayo de 2015

La conciencia humana en Juan

Queremos ,Señor, sentir experimentar tu presencia en nosotros, que tu Espíritu nos llena, por tu gran amor, y sepamos comprobar que es así esta experiencia, y darte gracias con un corazón agradecido por la acción salvadora que tú nos has hecho, porque nos salvas de tantas cosas a las que estamos atados que necesitan purificación, haz luz señor en cada una de nuestras mentes para que realmente sepamos reconocer aquello que falta purificar en nosotros, nos sepamos reconocer con gratitud, con esperanza, con deseo de corregir todo lo que haya de corregir en nosotros, queremos tu presencia queremos que tu espíritu nos llene plenamente, que no haya ninguna reserva, que no haya ningún ámbito de nuestra vida en el que esté ausente tu Espíritu Santo, señor Dios nuestro ven, ven y actúa en cada uno de nosotros con tu poder y con tu fuerza, amén. Gracias porque atiendes nuestros deseos de ser correspondidos en el amor, y los satisfaces de manera imprevista. Cuanto podríamos hacer si dedicáramos nuestro tiempo de oración en más profundidad porque la oración es el mejor regalo que podemos hacer al Señor, pero “alma que no dais qué esperáis”. El señor espera y está esperando lo mejor de nosotros, de nuestra fidelidad rellena de amor, cuando veo estos matrimonios que llevan tantos años juntos por fidelidad, es un sacramento más que lo que tenemos las religiosas,45 años y más es una gran fidelidad, y se os ve felices, contentos. Os pido que hagamos una invocación al Espíritu y que hagamos la enseñanza sobre 1ª de Juan. 3, 18 a 24. Creo que es interesante sacar el provecho que podamos de ella. Ven amor de Dios, ven a mí con fuerza y poder, inunda mi alma. Hijos míos no amemos de palabra sino de verdad y con obras Quería entrar en este párrafo y comentar sobre lo que dice de la conciencia: cada uno tenemos nuestra conciencia. Estamos en una época en al que las conciencias son muy dispares, es decir uno tiene conciencia de pecado y por lo mismo otro considera que ha obrado correctamente, uno cree que socialmente lo hace bien y otro con lo mismo dirá que no, y lo dicen convencidos, esta convicción que tenemos dentro de nosotros es el estado de nuestra conciencia. ¿De qué nuestra conciencia debe responder positivamente, o ante qué debe responder negativamente? Vamos a detallar más las palabras del apóstol:” En eso conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él. Hijos míos no hablemos de palabra y boca, si no de verdad i de obras”; es decir nuestro amor si no se realiza en obras, si no se realiza en atender a los hermanos, atender a otros,si no se realiza en hacer progresar la sociedad; entonces ¿Cuál es la realidad de nuestra conciencia? ¿es una conciencia superficial si no es de obras y de verdad? Cuando realmente vemos que nuestro compromiso es de verdad y obras no es solamente de palabras, que el aire se las lleva sino que hay un compromiso real en nuestra vida, un esfuerzo real en favor de los hermanos, un esfuerzo real en ser yo fiel a lo que me pide el Señor, y ahí si que conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante el Señor, en caso de que nos condene nuestra conciencia, es decir: hay la cuestión de la conciencia errónea, nosotros podemos ser conscientes de que alabando mucho al Señor cumplimos, pero a lo mejor somos como los fariseos, entonces donde está la verdad de nuestra conciencia, nosotros podemos orientar nuestra vida como curiosidad o interés en ir conociendo cosas del Espíritu, o ir conociendo cosas de la religión o ir haciendo prácticas religiosas, pero la atención a los hermanos, ojo que el papa Francisco insiste mucho en esto, ocurre pues que a veces nuestra conciencia nos condena cuando hacemos cosas que no están previstas en la ley o en las normas o nos saltamos una norma, entonces la conciencia nos condena pero es en unos supuestos culturales, que tenemos, quiero dejarlo claro, porque la libertad de conciencia que nos da el Señor la hemos de acoger y aceptar pero con buen discernimiento, a veces me da un cierto respeto hablar así, porque es posible que lance las conciencias a un libertinaje, y no es esto porque son las obras y la verdad de Cristo, las que nos juzgarán, que nosotros hemos de ser fieles a la conciencia, pero sabeis que la iglesia y la sociedad actual está llena de leyes normas y moralidades que no responden al espíritu original genuino de Jesucristo así pues respecto a todo eso hemos de ser libres, a veces nos acusa la conciencia porque no seguimos las leyes, en ese caso hemos de quedar tranquilos, tanto si nos condena como si no, porque hemos sido fieles a lo genuino del Señor, tanto da, no pasa nada porque Dios es mayor que nuestra conciencia y lo conoce todo, no vamos hacer una moral a nuestra medida, sino a la medida del Señor a la medida de la ley que el Señor nos da, pero la que nos da el Señor, a veces hay por ahí muchas concreciones de normas y de leyes y de criterios que se están llevando a la práctica, y que no son los de Cristo, no son los criterios del Señor. Si Dios es mayor que nuestra conciencia hemos de descansar en el Señor, hemos de obrar con sinceridad según la verdad, pues el Señor nos ilumina, descansemos en el Señor si hemos obrado correctamente, dejémonos de dar vueltas si estamos cumpliendo.. la constitución por ejemplo, es Dios quien rige nuestras vidas. Creo que la conciencia que nos ha dado el Señor es una conciencia muy integra, muy llena de su amor, del Espíritu Santo, vale la pena que se manifieste, no ponerla bajo el candelero, nos da vergüenza muchas veces que vean cómo tenemos la conciencia, y decimos yo tendría que dar más, y ¿Por qué no doy más? Pues sencillamente porque la meto debajo del celemín, y con esto tengo bastante, y para Dios nunca hay bastante con lo que nos da; lo que nos da lo hemos de multiplicar por mil porque el Señor está cavando una tierra dura en la que no puede sembrar otra cosa. Continua diciendo si la conciencia no nos condena tenemos plena confianza ante Dios, a decir: la conciencia claro que nos exige, pero sobre lo que hemos hecho o sobre lo que estamos haciendo en este momento, sobre el pasado ¿nos condena o no la conciencia? Tenemos plena confianza ante Dios sobre todo si hemos actuado siempre de buena fe, si hemos actuado de buena voluntad a pesar de que en un momento dado pensamos que podríamos dar más de si no vayamos a llenarnos de escrúpulos de conciencia, apliquemos el mayor rendimiento a partir de ahora, pues lo anterior entonces no estaba en cuestión. No vamos a martirizarnos a partir de la conciencia, de momento hemos de dar lo que podemos, no hemos de regatearle al Señor. Eso de la conciencia a título personal cada uno lo tiene que examinar, si he hecho lo que he podido, lo que he sabido, no tiene porqué condenarme, estoy haciendo intentando dar mi rendimiento al máximo, pero si no alcanzo me salva que tenemos plena confianza en Dios, él suplirá aquello que nosotros no hemos hecho, porque o no hemos sido capaces de hacer mas, o porque somos un poco tontos, o porque nuestras fuerzas nos fallan. Ocurre a veces que al enfrentarnos con las circunstancias de la vida, en el momento oportuno no aciertas con la salida que querrías, pero luego reflexionando se te ocurren soluciones mejores, no por eso tenemos que culparnos, en una próxima ocasión aplicaremos, si hace al caso, mejores soluciones estaré dispuesto que el Señor en nuevas ocasiones me ilumine mejor, porque Él durante la vida me va purificando más y me está llevando a nuevas cotas de espiritualidad. San Marcos lo dice bien claro: “tengo que obedecer primero a Cristo y después a los hombres” Te pueden aconsejar tal o cual cosa, no, contrasta primero con Cristo. Y luego dice “y cuanto pidamos lo recibimos de Él porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada”, en función de lo que le agrada al Señor pediremos, no pedir según nuestro parecer por aquello de que es todopoderoso, y es generoso y se le puede pedir todo, no se trata de pedirle cosas indiscriminadamente, sino lo que a él le agrada con fe esperanza y confianza. Ahí está el tema de nuestro riesgo: en el qué y cómo pedimos. Tenemos el testimonio de David y Salomón, como Dios les bendijo con dones personales y bienes materiales, porque no pidieron según su interés sino según el corazón de Dios para poder ejercer su servicio correctamente. Los mandamientos del Señor son muy sencillos, tenemos en primer lugar los del Sinaí que son las pautas de conducta son los basicos, y luego se suman los sacramentos y toda la línea de salvación sobrenatural de Cristo que son dos cosas distintas. Yendo a los mandamientos reconoce que hay un dios soberano, respétalo y celebra su acción poderosa en la creación, es tu creador y está proveyéndote cada día en todo; esto es el contenido de los tres primeros mandamientos, son estas 3 cosas y no hay más. Luego los otros mandamientos: en cuanto a la generación humana, tus padres te han hecho pues respétalos, respeta la generación humana también no violando a otra persona, respeta los bienes de los demás, respeta las personas, en la generación humana el no matarás, respeta los bienes de los demás y la buena fama de los demás, ya está, no hay más. Los mandamientos de Dios son muy sencillos, y en positivo son cuatro palabras, amaras a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. No hay más y luego el desglose está en ese respeto a la vida, a los mayores, a las otras personas como tales, en sus bienes, en todo lo que es, en su realización humana. Con obras y de verdad tendremos buena conciencia, pero siempre el referente son las obras, es la actuación que tu haces, no son tus ideas, no son tus teorías. Objetas que san Pablo no insistía en las obras, bien cada uno tenía su carisma y su modo de expresarse, pero no están en contradicción; Pablo tenía el compromiso en cuanto a la evangelización, en cuanto a las obras y en cuanto al testimonio también lo da clarísimamente. El mensaje de Cristo es muy amplio a la hora de la verdad eso va por aquí. Y este es su mandamiento que creamos en el nombre de su hijo Jesucristo y que nos amemos los unos a los otros tal como Él nos ama. El mandamiento está, su raíz en lo humano en los 10 mandamientos, en lo religioso también el reconocimiento de Dios, y si conocemos a Dios , si Él nos ha hablado y nos habla a los hombres, Él comunicó su ley, se comunicó con los profetas, y comunicó a Jesucristo que es la palabra de Dios viva, así pues creamos en en el nombre del hijo Jesucristo, eso es el mandamiento, si estoy convencido de lo que el mensaje de Jesucristo me da, en consecuencia yo voy a realizar su mensaje en mi vida sin disimulos y sin recortes, y que nos amemos los unos a los otros; por una parte lo que son los tres primeros mandamientos de la ley que se recogen en esta expresión de creer en el nombre de su hijo Jesucristo, y los siguientes en que nos amemos los unos a los otros tal como nos lo mandó. Es una nueva expresión resumida de lo que son los 10 mandamientos, si nos amamos los unos a los otros tal como nos lo mandó nos vamos a respetar en la vida, en la generación humana, en todos los ámbitos y aspectos de la vida, lo que es la disposición de los bienes materiales etc. “Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios”. Esto es también un aliento de esperanza muy intenso para nosotros, si guardamos esta reverencia y respeto por Dios, por Jesucristo, y este respeto por los demás, y este saber atender a los demás, entonces permanecemos en Dios, Dios vive en nosotros, claro que Dios vive en nosotros, que el Espíritu de Dios está en nosotros. Dios ya sabía de la flaqueza del hombre y que no íbamos a cumplir muchos de sus mandamientos, cuando nos dijo que el amor lo cubre todo, el trajo la fidelidad también, el Señor nos escudriña a cada uno, el amor que lo ponemos en la última etapa Él lo puso en primer lugar ¿Y cómo compruebo yo que el Espíritu de Dios está en mi? En eso conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio. Hemos de estar constantemente reconociendo la presencia del Espíritu de Dios en nosotros, y así pasamos a ser cuerpo y sangre de Cristo, pasamos a ser el Cristo doliente y el Cristo resucitado. En esta lectura el Señor te hace un examen de conciencia, en nuestras pobrezas no hilamos tan fino, pero el deseo lo llevamos y Dios ese deseo lo valora y multiplica, aplicando aquí el “creced y multiplicaos” del Génesis, y a los matrimonios a los que yo tengo mucha veneración, Que lleváis tantos años en fidelidad, lleváis el amor prendido a la fidelidad, y ese amor y fidelidad la vais a esparcir entre vuestras familias , entre vuestros vecinos, entre vuestros conocidos, y ahora aquí en el grupo porque si os falta el amor lo demás no os sirve de nada. Los mandamientos son una muestra de amor a la humanidad, porque en todo quiere proteger, en que los hijos amen a los padres, que por supuesto amemos a Dios y le reconozcamos y luego, es que es en todo, incluso con la prohibición de comer carne para la cuaresma era una medida higiénica en los tiempos que se puso esta norma , porque en aquel tiempo se abusaba mucho de la carne toda norma inspirada por Dios es en beneficio de la humanidad, en todo destaca el amor de Dios para la humanidad, y seamos buenos como Dios nuestro padre e s bueno, ya que somos a su imagen y semejanza, constatamos que a nuestro alrededor la vida humana no vale nada, ni por agresión a otros ni por suicidio y los millones de fetos que han matado por aborto. La ley está en nuestro corazón y esta es la que hemos de seguir. Hemos hecho la preparación del Pentecostés, y cuando se reúnen los hermanos en oración para hacer algo, la unción es apabulladora muy fuerte muy intensa, nos reuniremos pues para celebrar el Pentecostés y esperamos que el Señor se manifieste como ya nos ha dado la premonición. Habrá tiempo para ir a votar. En Pentecostés la virgen estaba con los apóstoles.

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