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lunes, 29 de noviembre de 2021

SERVICIOS PÚBLICOS

 

Me sabe mal los disparates que se hacen en política , y entre los jueces.

En general no los hay suficientes para hacer las coses bien hechas, cuando en el parlamento no hay voluntad  en una parte del mismo, o en un ámbito más amplio,  en hacer planteamientos realistas, los que han de hacer las leyes  para gobernar al pueblo con justicia e imparcialidad,

Las controversias interesadas  entre parlamentarios hacen inutil y superfluo el parlamento, porque no regulan la actividad el pueblo de forma equilibrada, motivo por el que se les ha escogido para que en sintonía con el pueblo regulen su conducta, y en lugar de hacer este Trabajo como son ineficaces han de imponer sus partidismos a través de los jueces.  Y se impone el descontento social.


También  el poder judicial está corrompido , y no siguen los criterios que deben regir este estamento atender y clarificar cuales son las obligaciones individuales en favor del bien social, como por ejemplo  la obligación de evitar contagios en una pandemia, a partir de las medidas que se proponen desde los responsables políticos asesorados por los expertos en salud pública.

Y disparate mas gordos cuando los jueces no se enteran  de lo más elemental entre deberes y derechos  como en el caso de no respetar la vida humana en gestación  cuando la obligación es conducirla a un nacimiento normal y el cuidado materno subsiguiente , el derecho está en gestionar el desarrollo de los hijos , no en asesinarlos en el seno materno. Y declaran legítimos derechos que no corresponden a ningún deber u obligación o acogen manifestaciones ,no solo jueces sino también políticos, que atacan a los medios laborales de otros ciudadanos sin motivo justificado como romper escaparates y entrar al saqueo de tiendas , grandes almacenes o centros Comerciales, o los botellones nocturnos que  alteran el descanso de otros ciudadanos, o por exceso de alcohol u otras ingestas, agreden y  recalentados por los excesos violan a otros ciudadanos inocentes. No hay ni leyes ni fuerzas de orden público ni sentencias que sean capaces de parar estos desmanes. Las autoridades cívicas, políticas, y judiciales, no detienen los abusos de la ambición en contra de la debida distribución de bienes y la recompensa que los esfuerzos laborales de la población exigen en justicia, así como el derecho a una vivienda digna que permita el correcto desarrollo de la gente, en conocimientos habilidades, preparación, vestuario y alimentación, descanso, creación de familias, en un ámbito distendido y seguro, donde los hijos suban felices y responsables teniendo garantizados sus deberes y derechos que les correspondan en cada momento.

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