Jesús va al Jordan
a bautizarse porque lleva el peso de toda la corrupción y
depravación de la sociedad de su entorno y ahí se abre una luz para
todos nosotros
Mientras oraba Jesús
el Espíritu Santo bajó sobre Él de forma sensible y se oyo una
voz procedente del cielo que decia:“Este es mi hijo muy amado ,en
quien me complazco, escuchadle.”
falta el despegue
en nuestros compromisos, confianza en nuestras posibilidades
¿Somos
pusilanimes?¿Que espiritu nos está guiando en la vida? ¿Este
espíritu lo esta experimentando el conjunto de la sociedad de
nuestro entorno de forma unánime en la que cada uno se siente
responsable en uno u otro aspecto.?
¿Que experiencia
colectiva tiene el grupo con quien comparto ahora? ¿Qe nos falta
aprender?¿Qué no hemos sabido hacer?.
¿Qué esfuerzos de
trabajo personal y económicos nos exige la causa?
Recojo a
continuación unas contraposiciones del Papa Francisco que ayudan a
reflexionar sobre nuestro momento vital:
Francisco nos
dice: No llores por lo que has perdido
Lucha por
lo que te queda
Nos queda la
alabanza,la profecia, el conocimiento, la sabiduria, el poder de la
sanación anímica y física, la fraternidad. Las habilidadesy
ocupaciones diarias.
Francisco nos
dice: No llores por lo que ha muerto
Lucha por
lo que ha nacido en ti
¿Mantengo aquel
primer amor que llenó de empuje, fuerza,vida e iniciativa mi
existencia ?
¿Me concentro en
aquello que tiene un valor permanente o me disperso?
Francisco nos
dice: No llores por quien se ha marchado
Lucha por
quien está contigo
¿Nos lamentamos de
no tener ya los grandes líderes que nos han comunicado su espíritu
y que cuando nos ha tocado el turno no hemos estado a su altura?
Francisco nos
dice:No llores por quien te odia
lucha por
quien te quiere.
¿Nos paraliza la
frialdad y menosprecio de nuestras convicciones de la sociedad de
nuestro entorno, o aprovechamos el amor de quienes nos aprecian y
valoran para crear complicidades para el testimonio de lo que mas
valoro?
Francisco nos
dice: No llores por tu pasado
Lucha por
tu presente
¿Nos quedamos con
la añoranza de la facilidad de acción y reacción de antaño en
nuestra vida, y no reconocemos la manera cómo ésta se manifiesta
ahora, es que hemos dejado de escuchar la conciencia y de hacer lo
que nos dice?
Francisco nos
dice: No llores por tu sufrimiento
Lucha por
tu felicidad.
¿Nos entristecen y
descorazonan las enfermedades y la vejez, o mantenemos la confianza
de sentirnos agraciados por la providencia que nos produce
felicidad?
Como Pablo decimos
¿Que nos apartará del amor de Dios? Nada: ni enfermedades, ni
pobreza, ni desgracias, ni la muerte nos puede separar del amor de
Dios, el más auténtico y permanente.
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