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sábado, 27 de octubre de 2018

la curiosa pareja humana








24 octubre 2018

El Papa dedica sus audiencias de los miércoles a explicar los diez mandamientos



“No cometerás adulterio” es el sexto mandamiento, el que Francisco ha explicado este miércoles durante su catequesis semanal en la Plaza de San Pedro que, en las últimas audiencias públicas de los miércoles, está dedicando a la Ley que Dios ha puesto en su creación.

Le recibieron en la plaza casi veinte mil fieles y peregrinos de los cinco continentes, incluyendo unos mil participantes en la peregrinación de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús, pertenecientes al Instituto Ravasco, y novecientos del Sínodo de los jóvenes de la diócesis de Faenza-Modigliana, con el Obispo Mons. Mario Toso. Antes de tomar la palabra, Francisco recorrió la plaza saludando y bendiciendo a las personas que encontraba a su paso y deteniéndose cada tanto para besar y acariciar a los niños que le acercaban.

Amar con entrega, sin condiciones

El Papa centró su predicación en el amor que debe ser fiel y entregado. “El amor se manifiesta cuando se da todo sin reservas. El ser humano necesita ser amado sin condiciones, y cuando no encuentra este amor el corazón busca llenar ese vacío con sucedáneos, componendas y mediocridades, entregándose a relaciones estériles e inmaduras, con la falsa ilusión de encontrar allí un poco de luz y de vida”.

Explicó que la vida conyugal requiere un tiempo de noviazgo para discernir y verificar la cualidad de la relación.

Este mandamiento nos llama pues a dirigir nuestra mirada a Cristo, para que sepamos encontrar en Él la fuente de nuestra fidelidad, de nuestra constancia en las relaciones con los demás y de nuestra comunión mutua”.

Preparación esmerada: "diría un catecumenado, tres charlas es falsa preparación"

Hablando en italiano de la llamada a la vida conyugal, que requiere un claro discernimiento sobre la calidad de la relación y un tiempo de noviazgo para verificarla, el Papa dijo que para acceder al Sacramento del matrimonio, los novios deben madurar la certeza de que en su relación está la mano de Dios, que los precede y los acompaña.

Pero para que esto ocurra, antes de recibir el Sacramento del Matrimonio – añadió el Santo Padre -hablando espontáneamente – se necesita una preparación esmerada, “diría un catecumenado porque se juega toda la vida en el amor, y con el amor no se juega. No se puede definir ‘preparación al matrimonio’ tres o

,cuatro conferencias dadas en la parroquia. No, ésta no es una preparación: ésta es una falsa preparación. Y la responsabilidad de quien hace esto cae sobre él: sobre el párroco, sobre el obispo que permite estas cosas. La preparación debe ser madura y se necesita tiempo. No es un acto formal: es un Sacramento. Pero hay que prepararse con un verdadero catecumenado”.

Vida cristiana es encuentro de nuestras debilidades con la gracia de Dios



Al saludar a los presentes el Papa Francisco dirigió un pensamiento especial a los jóvenes, ancianos, enfermos y recién casados, a quienes les dijo que el mensaje evangélico de Cristo no nos pide hacer cosas extraordinarias, sino dejar obrar a Dios en nuestra vida.

Y tras recordar que el Señor dijo: “No pueden hacer nada sin mí”, el Pontífice añadió que “la vida cristiana es el encuentro de nuestra debilidad con la fuerza de la gracia de Dios, que nos permite vivir cotidianamente una existencia plena y gozosa, en la que la caridad significa hacer todo con alegría y humildad, para la gloria de Dios y para el bien de los hombres.

No es posible el matrimonio sin el perdón», dicen unos terapeutas de pareja con 85% de éxito


Carol Peters-Tanksley, norteamericana, es ginecóloga, endocrinóloga reproductiva
 autora   libros sobre salud femenina y una cristiana comprometida en tareas
de evangelización sobre todo animando a un estilo de vida sano en lo físico y
lo espiritual.

Reflexionando sobre las dificultades que pueden aparecer en la vida sexual de un
matrimonio cristiano ha detectado 9 características que se deben tener en cuenta.
Recuerda que Dios creó el sexo ("hombre y mujer los creó", Génesis 1,27) pero que
distorsionado o mal usado puede destruir vidas y familias.

“Parto de la premisa de que Dios creó el sexo para ser disfrutado entre el hombre y la
mujer en un matrimonio comprometido. El debate tras esa premisa es para otro día.
Pero entender cómo está diseñada esta relación puede ayudar a responder muchas
preguntas”, escribe la doctora Carol.

Porque en lo creado se refleja el creador por analogia en meterielización y desmateria-
litzación, en creación i procreación en expansion y contracción.

Todo en el nacer crear y procrear manifiesta por analogia al creador, en las vistes,
el lenguaje,los hilos fluidicos los movimientos,goces,creac¡ión y procreación
demuestran practicamente coómo es el Creador.
Todo lo humano por ley de creación es reflejo de los movimientos efectuados por Dios,
tanto en el plano espiritual como en el  físico.

La Justicia nos viene por reconocer la creación segon su pròpia ley,y el amor fluye por
 la luz interior que nos purifica y da la capcidad de adherirse al creador a traves de la
creación.

Así como el creador ha definido y elaborado nuestro ser y esto muestra su amor hacia
nosotros, así el amor de pareja se tiene que elaborar y construir a base de
satisfacer las necesidades del conyugue dia a dia, sin imposiciones ni quejas ni acusacions.

Una relación sexual sana:
1. Es desprendida, no egoísta
Una relación sexual sana tiene que ver más con dar que con recibir. El esposo y la
esposa se enfocan más en satisfacer las necesidades del otro que en cumplir sus propios
deseos. Si ambos se centran en el otro, la mayoría de las dificultades se superan. El
qué hacer, o cómo, cuándo, donde, cuántas veces… esas preguntas se responden,
en la mayor parte de los casos, yendo en la dirección de lo que el cónyuge quiere.

2. Es honesta
El esposo y la esposa pueden ver las preguntas del “cómo, cuándo, donde, con qué
frecuencia” de forma distinta, pero ambos expresarán con honestidad y amabilidad
sus deseos, miedos, frustraciones y más. Aunque ambos intentan cumplir con las
necesidades del otro, ninguno se sentirá forzado a implicarse sexualmente en algo
que les haga luego sentir resentimiento hacia el otro.

3. Tiene etapas, temporadas
La vida, y el matrimonio, tienen estaciones, temporadas, con distintas necesidades en
 lo íntimo. No cada encuentro sexual tendrá el mismo nivel de emoción o satisfacción.
Los aspectos más importantes del sexo cambiarán en las distintas etapas del matrimonio.

4. Es relevante, importante
El sexo no es “solo sexo”, es un tipo de intimidad entre esposo y esposa realmente
importante. Se ha de tratar como algo valioso, un don precioso que vale la pena guardar,
 en el que se ha de trabajar, en el que vale la pena mejorar, hacerlo prioritario, invertir en
ello, rezar por ello. No hay que menospreciarlo como un añadido menor.

5. Es regularmente irregular
La vida sexual puede ir cambiando: de frecuente a ocasional, de emocionante a
confortable, de satisfactorio a frustrante… depende de la salud física, el estrés de la
vida y otros factores. En una relación sana, el esposo y la esposa están comprometidos
a unirse físicamente, a reconectar así con frecuencia, pero con libertad, sin presiones
legalistas.

 6. Es exclusiva
Los cónyuges se mirarán el uno al otro exclusivamente, no mirarán a ningún otro
lugar para el cumplimiento de sus deseos y necesidades sexuales. La intimidad
sexual con una tercera persona está fuera de los límites de una sexualidad sana,
pero o mismo sucede con la pornografía, el exceso de intimidad emocional con otra
persona, etc…

7. Es segura y sanadora
Una relación sexual sana permite exponerse, vulnerable, sin ser herido. La relación
sexual (o su aplazamiento) no se usa para castigar, para controlar ni para herir. Que
te vean por completo, que te conozcan, y que aún así te amen y acepten, es
una experiencia maravillosa y sanadora, que sana heridas específicas del
pasado, o las comunes de la debilidad humana.

8. Es imperfectamente perfecta
Cada matrimonio es la unión de dos personas imperfectas, y lo mismo sucede con
sus relaciones sexuales. Como en cualquier otro ámbito de la vida matrimonial, casi
con seguridad en algún momento herirás a tu cónyuge, y él te herirá a ti. Por lo tanto,
 una relación sexual sana incluye el perdón sincero y una mejoría continua.

9. Es más que física
, nunca es “sólo sexo”. Esta intimidad completa incluye amistad, perdón, lazos
 emocionales, entendimiento mutuo y conexión espiritual. La sexualidad
marital completa incluye todas esas cosas.

La doctora Carol añade estas consideraciones:
-Hay muchos matrimonios cristianos donde el sexo no cumple todas estas condiciones,
pero eso no significa que no sea posible.
-Si tenéis una buena vida sexual, ¡celebradlo! A Dios le gusta.
-Si estáis casados y vuestra relación sexual no es muy buena, no os rindáis.
A veces hay que trabajar en mejorar lo sexual, pero otras veces tendréis que trabajar
antes otros aspectos de vuestro matrimonio y eso hará que mejore vuestra intimidad.

-Si no estás casado, no te rindas. El miedo, la culpa, la desesperación y otros
mensajes negativos pueden presionarte para que aceptes algo menos que el
matrimonio. Te animo a que te reserves para lo mejor.

No hay “Diez pasos garantizados para una relación sexual impresionante”. Una relación
sana en una pareja cristiana es un asunto de crecimiento, compromiso y gracia
 de Dios. Requiere esfuerzo y vale la pena trabajar por ella.


Los creadores del método de Francisco-Canet

María Dolores y José Ángel son los creadores del método De Francisco-Canet para el perdón en el matrimonio.



Desde hace 25 años, en su consulta (www.terapiadepareja.es) ayudan a las parejas a reconciliarse, y el 85 % lo consigue ya tras la cuarta sesión.



«El Sínodo nos ha decidido a ofrecer nuestro método a quienes trabajan en la Iglesia con los matrimonios que pasan hoy por dificultades», afirman. Han compartido su experiencia en la Jornada para Delegados de Pastoral Familiar que ha organizado la Subcomisión de Familia de la CEE en Madrid.



- María Dolores y José Ángel, ¿cuántos años lleváis casados?

- María Dolores: Llevamos 38 casados y cinco de novios. Yo tenía 17 años cuando le conocí.

- José Ángel: Y yo tenía 26 años.



- ¿Por entonces ya tuvisteis alguna discusión?

- MD: Claro que sí. Tuvimos la típica bronca fuerte de novios, pero sabíamos que íbamos a tener discusiones a lo largo del matrimonio y que teníamos que aprender a discutir. Se dice que si una pareja no discute es porque se roza poco, se quiere poco.



- Hoy hay muchas más rupturas que antes. ¿Creéis que no sabemos discutir?

- MD: Nosotros hemos observado en nuestra consulta que, cuando en la pareja se van acumulando los agravios, cuando no se van ventilando las diferencias, llega un momento en que uno acaba por explotar. Y explotan porque antes no ha habido comunicación, no se han pedido perdón.



- JA: Muchas veces dejamos que se acabe la comunicación fluida que existe al principio de la pareja. Uno se encierra en su mundo y no se habla con el otro; y si no se habla es imposible solucionar nada. Es un circuito sin salida.



- MD: Y lo triste muchas veces es que cuando se quieren poner a solucionar las cosas, acuden a un profesional que les recomienda la ruptura. Hoy es más fácil romper que solucionar una crisis.



- ¿Todo esto os ha pasado también a vosotros?

- MD: ¡Claro que hemos tenido discusiones! Pero hemos aprendido maneras para salir de ellas.



- JA: Nadie está inmune, pero es necesario conocer técnicas para perdonarse y no ir acumulando agravios en la mochila.



- Vosotros insistís mucho en el perdón…

- MD: Es lo más importante. No es posible el matrimonio sin el perdón. Somos frágiles y podemos equivocarnos. Además, tenemos que aprender que si hay un problema en la pareja la responsabilidad no es de uno solo, es de los dos.



- JA: Cuando uno se siente muy agraviado es fácil caer en el victimismo. El perdón es la solución. O como recomienda el Papa: «Aunque hayan volado los platos, no acostarse nunca sin hacer las paces».



- ¿Una infidelidad también?

- MD: ¿Por qué no podemos perdonar si ambos podemos equivocarnos? Se puede reconocer que uno se ha equivocado, ver juntos qué hay detrás, por qué ha sucedido eso.



- JA: Respetar los tiempos del otro, hacer autocrítica… Y todo esto hacerlo los dos juntos. Preguntarnos por qué hemos llegado a esta crisis, sin hacer caer toda la responsabilidad en uno solo.



- MA: Pedir perdón no es un acto de humillación, sino un acto de reconocimiento de nuestra fragilidad. Hemos de empezar por aceptarnos tal como somos, y compartir todo lo que somos, sabiendo que somos imperfectos y nos podemos equivocar.



- Es que muchas veces queremos dar nuestra mejor versión, y esperamos que el otro haga lo mismo…

- MD: El otro es un ser del que no tenemos un mapa. Conocerle abarca toda la vida, no solo el noviazgo. Y cuanto más lo conoces, mas lo amarás, porque solo se ama lo que se conoce.



- JA: La pareja es pasión y voluntad al mismo tiempo, y si no hay perdón, se rompe antes o después.



- MD: La inteligencia emocional, el saber que el hombre y la mujer funcionamos de manera distinta, el saber hacer autocrítica, los valores conyugales: la confianza, la lealtad, la paciencia, el perdón, el respeto… todo eso se puede aprender, pero exige el esfuerzo de ambos y también apartar nuestro egoísmo para alcanzar un objetivo: hacer feliz al otro.





26 octubre 2018 Papa Francisco: homilia en la que proclama Santos a Juan XXIII y JuanPablo II

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