La eucaristía actualiza la entrega que Jesús hace de si mismo en la cruz.
Con los signos del pan y del vino Jesús por el
poder del Espíritu Santo se hace presente en el pan como dador de vida y en el
vino como agente de perdón y sanación espiritual, ratifican en la cruz lo que dio
en la cena(católicos nos reafirmamos en
la presencia eficiente y autentica de Cristo en el pan y el vino. Hay otros espíritus que pueden tomar posesión de cosas y personas, pero estamos seguros
que siguiendo ls instrucciones de Jesús se hace efectiva su presencia en el pan
y el vino).
Los cristianos somos comunidad de amor
entre personas libres, que hablan
la verdad, son misericordiosas, agradecidas, laudatorias, son pueblo de reyes ,profetas
y sacerdotes puesto que reconocemos nuestra naturaleza pobre, débil y
vulnerable, pero que la vida nos es un camino ascendente.
El dominio, símil de creador, capaz de
actuar por iniciativa propia, que por nuestra naturaleza espiritual tenemos
sobre el mundo mineral, vegetal y animal, nos asigna el título de reyes.
La presencia del Espíritu Santo en
nosotros es quien nos hace profetas, es decir manifestar la voluntad de Dios,
y sus designios.
La presencia de Cristo en nosotros nos hace intercesores ante el Padre, así es Cristo que a través nuestro
intercede. Pidamos a Jesús unos por los otros perdón y sanación.
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