Archivo del blog

miércoles, 9 de abril de 2014

CREYENTE

Cuando hablamos de creyentes no hacemos referencia a una organización religiosa, a unos ritos, a una estética litúrgica, sino que atribuimos el adjetivo a aquellas personas que han tenido una clara experiencia de liberación de opresiones anímicas, de complejos, de obsesiones , de descontroles, de incapacidades que por si mismo uno no puede superar, y a la par que uno experimenta esta nueva libertad interior, incluso física de respetos humanos, preferencias insustituibles, intereses irrenunciables, a la par , digo, experimenta una paz, alegría, equilibrio, serenidad, un nuevo aprecio por uno mismo y por los demás, una nueva inteligencia del mundo que le rodea, positiva sin condicionantes, un respeto por la existencia de todo lo que hay a nuestro alcance, un saberse a gusto en el mundo y entorno en que uno vive, cuando a uno no se le presenta ningún juicio negativa, sino una valoración positiva en todo aquello que participa, está viviendo una nueva etapa de su vida mucho mas productiva. Quien experimenta todo eso o en parte y en incremento va experimentando todo eso como algo que no es fruto de su esfuerzo sino como don recibido en su vida, como que en lo mas profundo de nuestro mundo hay quien , busca seamos conscientes de esta evolución en bien que se produce en nuestras vidas, que experimentemos el agradecimiento y el aprecio, el gozo , la felicidad de estos cambios en nuestra vida a Él que nos lo ha ofrecido y lo hemos acogido, ese es el creyente de convicción profunda, quien se sabe protegido y promovido por aquel que es el fundamento de todo, que a través de ese tipo de experiencias ha entrado en diálogo con nosotros, aquel que toma posesión de nuestra persona, infinitamente superior a mi individualidad. De quien tenemos un referente histórico incuestionable, que expresó y testimonió esa voluntad de nuestro cambio y progreso real, quien nos da esa capacidad de sentirnos acogidos valorados y estimados mutuamente. Ese referente histórico es Jesús de Nazaret, miembro del pueblo judío, que de manera extraordinaria según testimonios históricos, explicó, realizó, y dio muestras evidentes de ese nuevo estilo de vida, esa nueva manera de valorar lo que tenemos entre manos, ese poner la mirada en algo más trascendente que en lo caduco de nuestro tiempo y sociedad. Él marca un hito y un cambio en la historia humana, Él remueve las pautas de vida de la antigua historia, y sin oponerse a todo lo positivo que le precedía ampliaba el horizonte de la historia humana, iniciando una nueva era, que ha marcado definitivamente la humanidad, y que se va desarrollando a través del tiempo por toda la superficie de la tierra. Él ha creado una nueva conciencia entre nosotros que nos permite distinguir sin fatalismos, aquello que es correcto de lo que es incorrecto, desarrollando un más preciso conocimiento de lo que es justo y lo que es injusto. Conocemos el bien y el mal, pero Él nos invita a optar por el bien como la opción que nos hace felices. Ante esta reflexión mi corazón desborda en afecto a esa nueva visión de la vida y el mundo, y despierta un profundo deseo de que día a día se vaya generalizando más y más ese cambio.

No hay comentarios: