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lunes, 30 de septiembre de 2013

dolor y sufrimiento realidades nuestras.

A partir de esta frase que tengo en mi diario comento: “Entenc que tinc que escoltar el dolor de molta gent i tinc que preparar-me per donar la resposta de Déu a tot dolor i sofriment” Cuando te das cuenta de que Dios insiste en una determinada temática para ti, y entras en ello y te encuentras bien en ello, se está definiendo tu vocación, En mi caso a partir de las palabras de mi escrito anterior entiendo que tengo que escuchar el dolor de mucha gente, o no tanta pero muy abundante, y tengo que prepararme para dar la respuesta de Dios para todo este dolor y sufrimiento. Una respuesta que no puede ser juicio o reproche, sino acogida fraternal desde nuestra propia incapacidad. Dolor y sufrimiento pueden ser tomados como morales o físicos, y además el concepto de dolor diverge del concepto de sufrimiento el dolor tiene una deriva más física. La repercusión física del sufrimiento puede ser dolor, dolor de pecho, de corazón, decaimiento, un cansancio que incapacita para actuar o pensar. El sufrimiento va mas ligado a la afectividad i a los sentimientos y pasiones, es el padecer interior por una pérdida, por una contrariedad, por un anhelo no alcanzado, por un deseo frustrado, por un deterioro personal o ajeno que cambia la dinámica de nuestra vida y nos obliga a dedicarnos con gran intensidad a una nueva actividad, generalmente fatigosa, y nos quiebra nuestras relaciones sociales anteriores, y nuestras rutinas laborales. La respuesta de Dios la encontramos en la fragilidad de nuestra naturaleza física y en la limitación de nuestro campo moral, y en la dificultad de controlar por nuestra iniciativa los impulsos, que en ocasiones tienen consecuencias negativas para uno mismo y para los demás, sobretodos aquellos impulsos que nos lanzan a riesgos no controlados con consecuencias graves para la organización de la propia vida y de los próximos. Por contra nuestras decisiones han de ser ponderadas y contrastadas.; apelan al sentido de responsabilidad y al buen juicio. Estas son las claves para evitarlo, pero una vez somos víctimas del sufrimiento y el dolor, de trata en primer término de una corrección de nuestros errores, invocar la ayuda de Dios que quiere la felicidad para todos nosotros Pero en muchas ocasiones a traves de una purificación previa, como ocasión de crecimiento interior.

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